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martes, 26 de junio de 2012

frases de amor

• hasta después de la muerte te tengo que estar queriendo, que muerto también se quiere
• no existe un momento del día en que pueda olvidarme de ti
• quisiera que supieras vida mía lo mucho que te quiero y que te adoro
• conocerte fue mi suerte y amarte es un gran placer
• contigo aprendí a conocer un mundo lleno de ilusiones
• me están doliendo los centros de tanto quererte a ti
• he sabido que te amaba cuando he visto que tardabas en volver
• que se me paren los pulsos si te dejo de querer
• sabes que te quiero por las cuatro esquinas de mi corazón
• ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito
• te quiero más que a mi vida, más que al aire que respiro y más que a la madre mía
• te llevo guardada con gran devoción en el relicario de mi corazón
• veneno que tú me dieras yo me lo tomara como medicina
• el amor que te tengo no podrás olvidarlo nunca jamás
• no habrá una barrera en el mundo que mi amor profundo no rompa por ti
• mira si es grande mi amor que cuando digo tu nombre tengo envidia de mi voz
• me duele la cal de los huesos de tanto quererte
• todos los momentos que viví junto a ti, han pasado a ser recuerdos de cuando fui feliz

MOMENTOS - Los Ángeles - (año 1969) - http://youtube.googleapis.com/v/UZMSS4HShDE

viernes, 8 de junio de 2012

una suposición

Vamos a suponer una suposición.

Supongamos que yo soy un manchego que se ha leído tantas veces el Quijote (la novela de Miguel de Cervantes) que se la ha llegado a creer a pie juntillas de tal forma que las hazañas del novelesco y esperpéntico personaje, las entiende como hechos verídico que ocurrieron en tierras manchegas allá por la Alta Edad Media.

Y supongamos también que al igual que yo, una pléyade inmensa de manchegos de bien, también está convencida de que no es novela, que son los relatos pormenorizados de un insigne y singular hidalgo manchego que se dedicó en vida a desfacer entuertos, a proteger a viudas y menesterosos y a luchar contra las injusticias y los abusos de poder de los poderosos. Y que Cervantes no fue un novelista sino un fidedigno historiador.

Y puestos a suponer, supongamos que un día llega un ácido humorista y deslenguado cantautor para más inri, y se pone a despotricar de nuestro insigne héroe manchego; que hace canciones en donde le ridiculiza y un día se mofó descaradamente de nuestro queridísimo don Quijote de La Mancha, llamándole iluso, descentrado y no sé cuántas cosas más. Ya se lo insinuó su escudero Sancho con metáforas, retruécanos, anáforas, paradojas, oxímoron e hipérbaton, pues que la supuesta Dulcinea era en realidad una moza toboseña llamada Aldonza Lorenzo y que era fea, desaliñada y un tanto palurda. Don Quijote no lo quiso entender así y siguió alimentando sus calenturientas imaginaciones de absurdo enamorado sin sentido ni razón.

Y claro, los quijotistas devotos y convencidos de la verdadera historia del insigne manchego, montemos (montamos) en cólera y ni cortos ni perezosos, le pusimos una denuncia del copón bendito ante los tribunales de justicia.
¡¡Pues claro!! ¿A quién se le ocurre ofender y calumniar así a nuestro querido e irrepetible manchego?
Con su mofa nos ofendió a muchos manchegos devotos del insigne hidalgo que nosotros estamos convencidos de que existió verdaderamente e hizo muchas y grandes obras de filantropía por La Mancha, por España y por el mundo entero.



Esta ha sido mi humilde parábola con la que a través de ella me quiero solidarizar con las ideas y la persona de Javier Krahe y de tantos otros (muy pocos, por cierto) que se atreven a reírse de las mentiras y engañifas que afectan a una aplastante y preocupante parte de la crédula humanidad.

"Los caminos del señor" -- Javier Krahe
"El cromosoma" -- Javier Krahe
"San Cucufato" -- Javier Krahe

martes, 5 de junio de 2012

frases

para romper un amor

■ no me quieras, no te merezco
■ será mejor que nos demos un tiempo
■ estas cosas duran lo que duran
■ yo te quiero, pero a mi manera
■ siempre nos quedará París
■ fue bonito mientras duró
■ no me quieras tanto ni sufras por mí
■ la culpa no es de nadie
■ sabes que lo nuestro es imposible
■ esto me duele más a mí que a ti
■ todo tiene un principio y un final
■ no es culpa tuya… soy yo
■ yo no sé quererte lo mismo que tú
■ ya no hay química entre nosotros
■ ponte en mi lugar y lo entenderás
■ necesito quedarme solo… y meditar
■ se nos rompió el amor de tanto usarlo
■ lo nuestro está en punto muerto
■ las cosas están yendo demasiado deprisa
■ lo nuestro no es amor, a qué engañarnos
■ creo que ya es hora de que empiece a pensar en mí
■ seré en tu vida lo mejor de la neblina del ayer cuando me logres olvidar
■ es mejor que lo dejemos ahora, antes de que nos hagamos daño
■ necesito a alguien más maduro a mi lado
■ seguro que te irá mucho mejor sin mí
■ creo que no estoy preparado para llevar una relación
■ búscate un hombre que te quiera y te tenga llenita la nevera
■ no podemos seguir fingiendo de esta manera
■ tú necesitas a alguien que te quiera de verdad
■ sé que ahora te duele, pero en el futuro me lo agradecerás
■ somos como dos barquitos navegando a la deriva
■ que seas muy feliz y encuentres alguien mejor que yo
■ necesito vivir nuevas experiencias y conocer a otras personas
■ nos hemos conocido en un periodo muy complicado de mi vida
■ creí que eras diferente pero ahora veo que eres como los demás
■ ojalá que mi amor no te duela y te olvides de mí para siempre
■ me he dado cuenta de que no estamos hechos el uno para el otro
■ necesito a alguien que me comprenda
■ las personas cambiamos con el tiempo
■ cuando el alma se vacía el amor se acaba
■ creo que te conozco lo suficiente como para saber que no soy lo que buscas
■ hemos entrado en un círculo vicioso y necesito escapar
■ hemos llegado a la encrucijada en que nuestros caminos se separan
■ lo nuestro no nos lleva a ninguna parte
■ siempre podemos seguir siendo amigos
■ nos estamos haciendo un favor tomando esta decisión
■ ojalá que se acaben tus penas y conozcas personas más buenas
■ ninguno me ha llenado como tú pero no eres lo que necesito
■ he hablado con mis amigas y creemos que lo mejor es que lo dejemos por un tiempo
■ eres demasiado perfecto, no te encuentro ningún fallo, y eso me asusta
■ eres maravilloso, sensible, simpático, culto, gracioso, tienes conversación…, pero yo necesito algo más
■ es que eres demasiado bueno para conmigo

jueves, 31 de mayo de 2012

la jitanjáfora

Según el DRAE,    jitanjáfora   es un enunciado carente de sentido que pretende conseguir resultados eufónicos. Define a las poesías que sólo buscan la sonoridad y no el significado. Están compuestas por palabras inventadas que pueden confundirse con las verdaderas como recurso expresivo.

La  jitanjáfora  palabra inventada por Alfonso Reyes, humanista mexicano (1889 — 1959), en el año 1929, a partir de una estrofa del escritor cubano Mariano Brull y Caballero (1891—1956):
LEYENDA

Filiflama alabe cundre
ala olalúnea alífera
alveola jitanjáfora
liris salumba salífera.

Olivia oleo olorife
alalai cánfora sandra
milingítara girófara
zumbra ulalindre calandra.

En estos textos no importa lo que dicen las palabras sino la forma en que lo dicen, la cadencia y el ritmo; también cuenta la trabucación de las palabras y las oraciones, para conseguir un efecto humorístico.
Asómate a esa vergüenza,
cara de poca ventana
y dame un poco de sed
que me estoy muriendo de agua.
Un ejemplo típico de jitanjáfora es la que nos muestra el poeta José Manuel Marroquín. El invento de José Manuel Marroquín no es nada reciente.  He buceado en la vida y milagros de ese poeta y por si acaso también consigo que tú no te acuestes esta noche sin saber otra cosa nueva, te pongo a continuación todo lo que he descubierto.
José Manuel Marroquín  Escritor y presidente de la república de Colombia / Nació en Bogotá, 6 de agosto de 1827  -- falleció en Bogotá, 19 de septiembre de 1908 / 27º Presidente de la República de Colombia entre los años 1900 -1904 / concretamente desde el 31 de julio de 1900 hasta el 7 de agosto de 1904  como militante del Partido Conservador Colombiano.
SERENATA

Ahora que los ladros perran,
ahora que los cantos gallan,
ahora que albando la toca
las altas suenas campanan;
y que los rebuznos burran,
y que los gorjeos pájaran
y que los silbos serenan
y que los gruños marranan
y que la aurorada rosa
los extensos doros campa,
perlando líquidas viertas
cual yo lágrimo derramas
y friando de tirito
si bien el abrasa almada,
vengo a suspirar mis lanzos
ventano de tus debajas.
Tú en tanto duerma tranquiles
en tu rega camalada
ingratándote así burla
de las amas del que te ansia
¡Oh, ventánate a tu asoma!
¡Persiane un poco la abra
y suspire los recibos
que esta pobra exhale alma!
Ven, endecha las escuchas
en que mi exhala se alma
que un milicio de musicas
me flauta con su compaña,
en tinieblo de las medias
de esta madruga oscurada.
Ven y haz miradar tus brillas
a fin de angustiar mis calmas.
Esas tus arcas son cejos
con que flechando disparas.
Cupido peche mi hiero
y ante tus postras me planta.
Tus estrellos son dos ojas,
tus rosos son como labias,
tus perles son como dientas,
tu palme como una talla,
tu cisne como el de un cuello,
un garganto tu alabastra,
tus tornos hechos a brazo,
tu reinar como el de un anda.
Y por eso horo a estas vengas
a rejar junto a tus cantas
¡y a suspirar mis exhalos
ventano de tus debajas!
(traducción al español sensato)

Ahora que los perros ladran,
ahora que los gallos cantan,
ahora que tocando al alba
las altas campanas suenan;
y que los burros rebuznan
y que los pájaros gorjean,
y que los serenos silban
y que los marranos gruñen,
Y que la rosada aurora
los extensos campos dora,
vertiendo líquidas perlas
cual yo derramo lágrimas
y tiritando de frío
si bien el alma abrasada,
vengo a lanzar mis suspiros
debajo de tus ventanas.
Tú en tanto duermes tranquila
en tu cama regalada
burlándote ingrata así
del que te ama con ansias
¡Oh, asómate a tu ventana!
¡Abre un poco la persiana
y recibe los suspiros
que esta pobre alma exhala!
Ven, escucha las endechas
en que mi alma se exhala
que música de milicias
me acompañan con su flauta,
en medio de las tinieblas
de esta oscura madrugada.
Ven y haz brillar tu mirada
a fin de calmar mi angustia.
Esas tus cejas son arcos
con que disparas las flechas.
Cupido hiere mi pecho
y ante tus plantas me postra.
Tus ojos son dos estrellas,
tus labios son como rosas,
tus dientes son como perlas,
tu talle como una palma,
tu cuello como el deun cisne,
tu garganta un alabastro,
tus brazos hechos a torno,
tu andar como el de una reina.
Y por eso vengo a estas horas
a cantar junto a tu reja
¡y a exhalar mis suspiros
debajo de tus ventanas!
RETÓRICA
Profundizando más, la jitanjáfora, aparte de un tipo especial de metáfora, es un texto literario de significado absurdo compuesto deliberadamente de forma que exista incompatibilidad semántica entre las palabras que lo componen. Como tal se puede considerar muy similar al monólogo automático de los surrealistas puros, con la sola diferencia de que asume la tradición métrica, aunque en prosa también se escribieron jitanjáforas, como por ejemplo la de Julio Cortázar en el capítulo 68 de "Rayuela":
Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvaje ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se torludaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. 
¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

La jitanjáfora tiene su origen más definido en las parodias del estilo culterano que realizaron Quevedo y Lope de Vega, en las que se alcanza a veces la ininteligibilidad. Véase un ejemplo:
IMPÁVIDO CISNE DE CÓRDOBA
(de Francisco de Quevedo y Villegas a Luis de Góngora)

¿Qué captas nocturnal en tus canciones,
Góngora socio, con crepusculallas,
si cuando anhelas más garcivolallas
las reptilizas más y subterpones?

Microcosmote Dios de enquiridiones
y quieres te investiguen por medallas
con priscos, con estigmas, o antiguallas,
por desitinerar vates Jirones.

Tu forasteridad es tan eximia
que te ha de tratar el que te rumia,
pues ructas viscerable cacoquimia;

Farmacopilorando como numia
si estomaca abundanciada tan nimia
metamorfoseando el arcadumia.

La jitanjáfora consiste en alterar la morfología de las palabras dislocando sus morfemas y pasándolos a otras palabras adyacentes, como en el caso de
Las cuerpas y los fuerzos de estabilidad del Segurado español no combensirán acagar con la bista terroranda
(Los cuerpos y las fuerzas de seguridad del Estado español no conseguirán acabar con la banda terrorista)
 o también la jitanjáfora completa de Carmen Jodrá Davó, de su libro "LAS MORAS AGRACES" con la que se burla del lenguaje de los políticos:
EL HORIMENTO BAJO EL FIRMAZONTE
                                            ... la farandolina en la lejantaña
                                            de la montaña, el horimento bajo el firmazonte...
                                                   (Vicente Huidobro)[*]
¡Democrad! ¡Puebla el vivo!
¡No dictaremos más admitidores!
pro lometemos, samas y deñores,
nuestro sotierno va a gobisfacerles.
Firmaremos la gaz, no habrá más perra,
zaperán juntos el queón y el lordero,
y quiero promerer y lo promero,
vamos a felicirles muy hacerles.
(Y el horimento bajo el firmazonte,
y el firmazonte bajo el horimento
—ye ca no sé—, brillaba, grona y aro).
Que me se raiga un cayo si les miento:
fumos soertes y, mo lás pimportante,
¡blasamos hiempre claro!
EL HORIZONTE BAJO EL FIRMAMENTO
                                         
                                         
                               
¡Pueblo! ¡Gritad viva la democracia!
¡No admitiremos más dictadores!
lo prometemos, damas y señores,
nuestro gobierno va a satisfacerles.
Firmaremos la paz, no habrá más guerra,
pacerán juntos el cordero y el león,
y quiero prometer y lo prometo,
vamos a hacerles muy felices.
(Y el horizonte bajo el firmamento,
y el firmamento bajo el horizonte
—que yo no sé—, brillaba, grana y oro).
Que se me caiga un rayo si les miento:
somos fuertes y, lo más importante,
¡hablamos siempre claro!

Es muy famoso también el soneto "Camelánea espelifucia" de Juan Pérez Zúñiga (1860 - 1938), el famoso autor de los Viajes morrocotudos, las Zuñiganzas y el Camalascio zaragatono; pero otros atribuyen el soneto al colombiano Ramón Dolores Pérez (1868 - 1956):
CAMELÁNEA ESPELIFUCIA

Como el fasgo sendal de la pandurga
remurmucia la pínola plateca,
así el chungo del gran Perontoreca
con su garcha cuesquina s’apreturga.

Diquilón el sinfurcio flamenurga,
con carrucios de ardor en la testeca;
y en limpornia simplaque y con merleca,
se amacoplan Segrís y Trampalurga.

La chalema ni encurde ni arropija;
la redocla ni enfucha ni escoriaza;
y enchimplando en sus trepas la escondrija,

con casconia ventral que encalambrija
dice a la escartibuncia mermelaza:
¡Qué inocentividad tan concunija!

Juan Pérez Zúñiga
Ahora veamos un ejemplo de jitanjáfora en prosa
fragmento de su libro EL PUEBLO DE MI FIESTA (de Juan Pérez Zúñiga)

Querida función:
Voy a hablarte de la solemne Tecla de este pueblo, aunque he bebido tantas palabras, que apenas puedo coordinar las copas.
Precedidos del día y en cuanto empezó a clarear el alcalde, los músicos de piezas empezaron a tocar Illescas escogidas, despertando a los troncos, que dormían como unos vecinos. Sobre todo, tocando las delicias de las mozas, hicieron La Giralda.
Una inteligente plaza, colocada en medio de la buñolera de la Constitución y rodeada de buñuelos indígenas, hacía chiquillos en una sartén, y en menos de una masa se le acabó la hora. Como que todos los habitantes de la jícara tomaron con buñuelos su correspondiente población de chocolate.

Cuando todas las casas estaban ya emperejilándose en sus respectivas campanas, un repique de mozas indicó que iba á empezar con gran misa la pompa cantada. Poco después el señor bastón, empuñando un alcalde de caña con borlas y seguido de las banquetas del templo, se sentaba en las demás autoridades locales.
A su debido púlpito subió al tiempo el padre mediano y nos dijo un sermón bastante Pardo.
¡Cuántas llagas dio disertando sobre los tropezones de San Francisco! Las velas gemían, las viejas chisporroteaban, y la paciencia de los fieles perdía la generalidad oyendo el desatinado Francisco de San panegírico.

Sonaron las Casas en el reloj de las doce Consistoriales, y después de comernos al señor cura, fuimos mi vivienda y yo a felicitar a los garbanzos. Estos aparecieron sobre mi esposa, seguidos de una mesa de la corte comprada en la merluza, amén de unos dedos salteados, los cuales estaban tan ricos, que nos chupamos los riñones.

A medianoche, y con asistencia de la pareja de cucañas civiles, hubo tres guardias con gallinas en la punta, y después carreras de hijos, que regocijaron grandemente a mis inocentes burros.

Después de introducirnos en el baile un tambor fiambre, el redoble de la cena nos anunció que el estómago estaba armado. En efecto: mientras las novias soplaban a los músicos, los mozos sacaban a bailar a sus bombardinos, y así estuvieron hasta que la banda dispuso que el alcalde no soplase más.

Adiós, adiós. Da muchos renglones a tu marido, y perdona el primo de estos abrazos a tu desaliño carnal,

Juanito
 
A don Nomar de Zerep (*)
(Daniel A Vejarano Varona)


Deambulante, noctámbulo y afable,
con su majo sombrero, a la chamberga,
saludando va el bardo inextricable
con su ínsito estilo de monserga.

Al fulgor de la luna y los fanales
sobre tapias de túrbidas callejas,
se mixturan las sombras, cual juncales,
del quijote, los postes y las tejas.

Tremulento, faraute, asaz voltario,
en las tascas de córvidas se cuelga
y al plañir su violín "stradivarius"
tórnase mustico su perfil de acelga.

Lírico adán, de numen primigenio
que forjaste viníferas consejas,
tras el profluvio de tu loco ingenio,
eternizado tu recuerdo dejas.
 (*) algo así como querer decir: a don Ramón Dolores Pérez (1868 - 1956), poeta colombiano
[*] fragmento de «Altazor» canto V
de Vicente Huidobro
 Empiece ya
la farandolina en la lejantaña de la montanía
el horimento bajo el firmazonte
se embarca en la luna
para dar la vuelta al mundo.

Empiece ya
la faranmandó mandó liná
con su musiquí con su musicá.

La carabantantina,
la carabantantú.

La farandosilina
la Farandú
la Carabantantá
la Carabantantí
la farandosilá.

la faransí.

Ríe, ríe antes que venga la fatiga
en su carro nebuloso de días
y los años y los siglos
se amontonen en el vacío

y todo sea oscuro en el ojo del cielo.

La cascada que cabellera sobre la noche
mientras la noche se cama a descansar
con su luna que almohada al cielo
yo ojo el paisaje cansado

que se ruta hacia el horizonte
a la sombra de un árbol naufragando.

lunes, 28 de mayo de 2012

vengo de El Rocío,

bueno..., ejem, ejem, es un decir; en realidad vengo de la playa de Matalascañas.


Pero..., es que acabo de pasar por la aldea de El Rocío, provincia de la villa de Almonte (Huelva). En el mismísimo Coto Nacional de Doñana.
Para auxiliar, controlar y poner orden en el gran despliegue de penitentes en romería que llegan por varios caminos hasta la aldea-santuario, se movilizan a tropecientos mil guardiaciviles de toda Andalucía.
Vale, bien, de acuerdo; sin problemas.

Al pasar por las inmediaciones de la ermita de El Rocío y ver las caravanas de gentes que acuden a pie, a caballo, en automóvil, en carros y carretas, a venerar a su virgen del Rocío (a la imagen, ehh?), no sé por qué —¡tonto de mí!— me puse a establecer comparaciones con los del 15-M cuando invaden calles y plazas de otros lugares y me dije para mis adentros: "Si a estos policías les ordenaran sus jefes que desalojen de algún lugar público a esta gente —tonterías que se me ocurren—, ¿les zurrarían con tanto ardor y tan mala saña como lo hacen con los del 15-M?".

Yo no me supe responder a mí mismo nada en esos momentos, pero en ese mismo momento entró mi jesusito (mi otro yo) a decirme: "Sí; claro que lo harían con la misma eficacia funcionarial, pero los palos los darían los policías más de izquierdas(?) o los menos religiosos(?) o los que opinan que ¡ya está bien! de tanto fanatismo religioso invadiendo espacios naturales protegidos".
(Igualito; igualito que pasa cuando zurran a la progresía ciudadana española: La tareíta se la encargan a los policías más antiprogresistas y fascistoides).
¡¡Vaya, vaya con mi jesusito!!

Vaya consejero raro que llevo detrás de la oreja izquierda. O sea que para él, los policías de izquierdas o progres (si los hay de verdad, que lo dudo mucho), zurrarían a los rocieros con semejante mala ostia infra-humana, como los que nos zurran la badana en cada manifestación de gentes que vamos desde el centro ideológico —si existiere— hasta la extrema izquierda.

(Más raro aún, que los jefes de los policías les ordenen hacer esas cosas tan feas se miren desde la ideología que se miren).
¡¡Qué cosas, madre mía!!

miércoles, 9 de mayo de 2012

cuidado con las palabras [2]

QUEÍSMO y DEQUEÍSMO
Sobre los vicios de dicción como el dequeísmo y el queísmo.
(Ambas palabras están ya registradas en el DRAE).

Dequeísmo:

Empleo indebido de la locución de que cuando el régimen verbal no lo admite; por ejemplo: Yo me pienso de que. (Respuesta de Micaela Flores Amaya "La Chunga" a una pregunta de un periodista). La respuesta encierra tres errores, ya que la correcta es: "Yo creo que sí".
Algunos de estos verbos, cuando se usan en forma pronominal (alegrarse, preocuparse, etc.), sí exigen un complemento precedido de la preposición de. En ese caso, el uso conjunto de la preposición y la conjunción es obligatorio: Me alegro de que seáis felices, y no Me alegro que seáis felices; Me alegra que seáis felices y no Me alegra de que seáis felices; Me preocupo de que no os falte nada, y no Me preocupo que no os falte nada.
Es seguro que nos quiere y no Es seguro de que nos quiere; Le preocupa que aún no hayas llegado y no Le preocupa de que aún no hayas llegado; Es posible que nieve mañana y no Es posible de que nieve mañana.

Por regla general, los verbos pronominales, que invariablemente se construyen con un pronombre enclítico unido al final del infinitivo del verbo, (como alegrarse, preocuparse, arrepentirse, etc.), o cualquier otro verbo que, sin ser pronominal, en determinados casos se construya como si lo fuera, por ejemplo, asustarseexigen la preposición de, pues, como es lógico, uno se arrepiente se asusta de algo, y si ese algo comienza por que, es inevitable la locución de que:
«Tarde se arrepintió de que hubiese dicho que sí»
«Ella se asusta de que la puedan asaltar».
En cambio, si el algo de que me arrepiento, o el de que ella se asusta no comienzan por que, la frase se construye con la preposición de, pero sin que:
«Yo me arrepiento de haberte dicho eso»
«Ella se asusta de la oscuridad».

Queísmo:

Empleo indebido de la conjunción que en lugar de la secuencia de que: por ejemplo: Me da la sensación que no han venido. (correcto: Me da la sensación de que no han venido). Me alegro que hayáis venido; (correcto: Me alegro de que hayáis venido); Me olvidé que tenía que llamarte (correcto: Me olvidé de que tenía que llamarte); Te preocupaste que no pasáramos calamidades; (correcto: Te preocupaste de que no pasáramos calamidades); Se acordaba que en esa casa había vivido un amigo suyo; (correcto: Se acordaba de que en esa casa había vivido un amigo suyo); Me fijé que tenía manchas en la cara ; (correcto: Me fijé en que tenía manchas en la cara; No me acordé que era tu cumpleaños; (correcto: No me acordé de que era tu cumpleaños).


El que deba decirse de que, o solamente que, depende en buena medida del tipo de verbo.
acordarse de algo, alegrarse de algo, arrepentirse de algo, fijarse en algo, olvidarse de algo, preocuparse de o por algo, etc.
«Acaso no se dan cuenta que los extremismos...». Darse cuenta es, obviamente, darse cuenta de algo, y si este algo comienza por que, es obligatorio decir de que: «Acaso no se dan cuenta de que los extremismos...».
«Tenemos la certeza que se hará luz sobre lo sucedido el 11 de septiembre». Es el mismo caso. Tener la certeza es, por supuesto, tener la certeza de algo, y si este algo comienza por que, es ineludible poner la preposición de: «Tenemos la certeza de que se hará luz...».

Las extinción y afianzamiento del queísmo ha hecho aparecer otro vicio, otro tipo de queísmo, más nuevo, que consiste en suprimir una preposición, que puede ser de o no serlo, delante de que: «Seguimos insistiendo que la autonomía universitaria debe mantenerse», frase en la cual el verbo insistir exige la preposición en, porque cuando se insiste, obviamente se insiste en algo: «Seguimos insistiendo en que la autonomía universitaria debe mantenerse».

O «En el caso que»: aquí falta también la preposición de, aunque es un caso algo diferente a los vistos más arriba. Cuando empleamos, por ejemplo, la locución en el caso, se trata sin duda del caso de algo: «En el caso de que haya mucho calor, abriremos las ventanas». Esta frase puede construirse también sin el artículo el: «En caso de que haya mucho calor,...».

Con la locución en el caso, la impropiedad puede consistir en que se suprima la preposición en: «En el caso que ellos insisten, no hay nada que hacer», donde debería decirse: «En el caso en que ellos insisten, no hay nada que hacer».


Todo esto es muy enrevesado, ¿verdad?

miércoles, 2 de mayo de 2012

cuidado con las palabras

Hay que tener mucho cuidado con las palabras que se dicen y las que se escriben en lugares serios, que luego pasa lo que pasa.
¿Es serio que la empresa estatal que reparte las cartas en España se titule 'Correos'? ---►2ª persona del plural del presente de imperativo del verbo 'correr' con pronombre enclítico os = correos. ¿No parece —más bien— una incitación a... (tú ya me entiendes)?
¡¡Hombre, esto no es serio!!
¿No sería más lógico que esa empresa se llamara "Carteos" o "Posteos" por aquello de las postas? (véase la palabra posta en el DRAE)
¡¡Vamos queeee..., decir 'correos' aquí, en la católica España!!
Al menos, que se haga en la intimidad, pero que no se diga así tan a las claras.

Pues no queda ahí la cosa. Hay otra entidad que parece seria y respetable (y muchas veces hasta temible, porque te ponen unas multas del copón que te dejan espicholao); me estoy refiriendo a la Dirección General de Tráfico. ¿Con qué trafican en esa dirección general? ¿Con marihuana? ¿Con heroína? ¡¡Señor, señor!!
¿No sería más correcto que se llamara Dirección General de Tránsito (DGT) ---► (Véase la palabra tránsito en el DRAE)

¡Qué mal usamos las palabras!

delante mía / encima mío / detrás nuestra...
Hablemos ahora de esa construcción gramatical tan incorrecta que está tan de moda y se nos ha metido hasta los tuétanos en nuestros hablajes y raro es aquél que no está pillado de tal incorrección. Me refiero a la construcción incorrecta de frases como «delante mía, /o ... debajo tuya, /o ... encima nuestra, /o ... ...».
Como un raudo reguero de pólvora ardiendo, se han extendido las frases mal construidas que mezclan un adverbio de lugar con un pronombre posesivo, cuando
los adverbios de lugar no pueden ser poseídos por nadie, por lo que en la gramática no pueden ir acompañados por un pronombre posesivo; así, de esa manera tan generalizada, estamos dando carta de propiedad y posesión a las palabras como delante / detrás / encima / debajo / cerca / lejos ...
Oímos frecuentemente frases como: no te pongas delante mía, /o, que me estás quitando el sol.
Se da la curiosa circunstancia de que algunas veces (o muchas veces) si la persona es mujer dice no te pongas delante mía ... y si, por el contrario, es varón, dice no te pongas delante mío ... y otras rarezas por el estilo.

Por lo tanto, se ha generalizado de tal manera ese vicio del idioma, que a todos los niveles se oyen frases tan mal construidas como esa. Y lo que más duele es oírselo decir a los comunicadores de radios y televisiones y a personas que por su nivel de conocimientos, los imaginamos subidos al pedestal del buen hablaje.


FRASES INCORRECTAS
FRASES CORRECTAS
delante mía (mío) está la mesa del profesor
detrás mía (mío) está el proyector de diapositivas
encima mía (mío) vive el profesor de matemáticas
debajo mía (mío) está la planta de garaje
cerca mía (mío) está la playa
lejos mía (mío) está el acantilado de "Las Luciérnagas"
delante de mí está la mesa del profesor
detrás de mí está el proyector de diapositivas
encima de mí vive el profesor de matemáticas
debajo de mí está la planta de garaje
cerca de mí está la playa
lejos de mí está el acantilado de "Las Luciérnagas"

martes, 24 de abril de 2012

frases sueltas

■ no te pares, sigue, sigue
■ ya no me dices que me quieres
■ lo estás haciendo muy bien, muy bien, muy bien
■ ponte así mirando allá
■ tranquila que yo te avisaré
■ hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo
■ sólo me quieres para esto
■ me sabe a almendras amargas y saladas
■ qué dentro te siento
■ me estoy llenando de ti
■ a mí no me puedes mentir, que soy tu confesor
■ y güego me digás que no te quiego
■ otra vez, no, por favor
■ qué poco me pesas
■ te lo tengo dicho, en el campo no, que hay mucho bicho
■ te voy a llenar toda
■ hazme tuya una vez más
■ lo tuyo no me llena
■ tranquila que yo controlo
■ qué gustito siento
■ me vas a dejar seco
■ despacito, despacito, no me corras
■ ya van cuatro veces
■ toda la noche oliendo a ti
■ chorizo de Marmolejo, que las tres primeras lonchas no tienen pellejo
■ cuando me falle me queda la lengua
■ me estás destrozando por dentro
■ ábrete de piernas, corazón
■ me vas a destrozar con esos meneos
■ ¿qué pecadillos tienes, hija mía?
■ anoche me comí un plátano así
■ ten cuidado, no me manches la falda
■ espera hasta que se ponga en condiciones
■ me he comido una almeja en su jugo
■ ya quisiera tu padre tener la mitad de salud de ese burrito
■ si amanece y ves que estoy despierta, cúbreme, cúbreme, cúbreme
■ cuando debajo del puente acuérdate que decías "espera, que viene gente"
■ ¡para ya, chaval! tu balanceo no me hace feliz

miércoles, 15 de febrero de 2012

el ultra-feminismo en el lenguaje


Para defender la igualdad entre el hombre y la mujer, no hace falta cagarse en la gramática de nuestro querido y riquísimo idioma a base de inventar palabras en femenino que siempre fueron tomadas como genéricas sin hacer distinción en el género.
¿Qué será lo próximo? ¿Vendrán los ultra-masculinistas a imponernos las novedosas e inventadas palabras producto del masculinismo? ¡¡Venga hombre!! Ya está bien de hacer tanto ridículo con jueza, bedela, albañila, cónsula, capataza, concursanta..., etc., etc., etc... Yo no paso por ese aro.

Y es que ahora, el ultra-feminismo influyente unido a la pintoresca progresía y a lo políticamente correcto, pone "género femenino" a palabras que por terminar en L, en Z o en E son de género neutro, común o epiceno, y son ambivalentes para ser aplicadas a personas, animales u otros conceptos. También se da la innecesaria duplicación del masculino y del femenino: “los ciudadanos y las ciudadanas / los españoles y las españolas” es un circunloquio innecesario.

El criterio básico de cualquier lengua es la economía y simplificación. Obtener la máxima comunicación con el menor esfuerzo posible, no diciendo con cuatro palabras lo que puede expresarse claramente con dos: “los amigos / los españoles / los empleados”.
A lo largo de los últimos años, destacados miembros de la RAE han venido rebatiendo la actual tendencia al uso redundante del sustantivo en sus formas masculina y femenina. Es de lógica.

Pero a pesar de eso, hoy es corriente oír hablar a los políticos y demás gentes de cualquier tendencia ideológica, de esta repetitiva y tediosa manera:
«Los militantes y las militantas de nuestro partido apoyan sin fisuras la decisión tomada en el Congreso de los Diputados y Diputadas por parte de nuestros representantes y nuestras representantas, en cuanto al proyecto de ley de la reforma educativa, para que los escolares y las escolaras, junto a sus padres y madres, puedan escoger libremente el tipo de educación que deseen para sus hijos e hijas. Nosotros y nosotras en cualquiera que sea la responsabilidad que desempeñemos en nuestro partido, estamos convencidos y convencidas de que la educación escolar en los primeros años de los niños y niñas, es la herramienta más importante para encauzar la personalidad de los españoles y españolas.
Sin una aceptable calidad en la enseñanza de los niños y niñas, no conseguiremos que en el futuro lleguen a ser hombres y mujeres cultos y cultas.
Estamos seguros y seguras de que las asociaciones de padres y madres de alumnos y alumnas sabrán valorar nuestro esfuerzo.

Los vascos y las vascas, los catalanes y las catalanas, los castellanomanchegos y las castellanomanchegas, los andaluces y las andaluzas y en general, todos los ciudadanos y ciudadanas del estado español, sabemos que van a tener muy en cuenta nuestros postulados en materia educativa, en el momento en que todos y todas nos pongamos frente a las urnas.
A los hombres y mujeres de nuestro partido, lo que más nos preocupa es el progreso y el bienestar de todos los españoles y españolas.»



OTRO TEXTO IGUAL DE ABSURDO Y RIDÍCULO:

«María, di al niño y a la niña que avisen a sus profesores y profesoras de que sus compañeros y compañeras están invitados a su cumpleaños, que además habrá payasos y payasas, y que digan a sus padres y a sus madres que después traigan a sus hermanos y hermanas que iremos todos y todas juntos y juntas al cine.
Contestación de María: De acuerda.»
Discursos iguales a éste es raro encontrar ya que los propios dicursadores papanatas, aunque ridículos y absurdos, se dan cuenta del feísimo resultado que hace hablar y escribir con tanta tediosa redundancia, y repiten los adjetivos y pronombres de género femenino y masculino sólo de una manera parcial y caprichosa.
¡Menos mal! Además de ser absurdo, repetitivo y tedioso, es injusto ya que aunque parece que esas personas que así hablan y escriben intentan ser muy neutrales y tener en cuenta al sector femenino, no le hacen ninguna justicia y si observamos con minuciosidad y neutralidad, en esa forma de hablar y escribir se trasluce la preponderancia del machismo o por lo menos, del masculinismo subyacente.

¿Por qué dicen —por este orden— "nosotros y nosotras"; "compañeros y compañeras"; "ellos y ellas"; "todos y todas"; "niños y niñas"...?, cuando en riguroso orden alfabético de esas palabras, lo más justo, lo más neutral y razonable sería decir "nosotras y nosotros"; "compañeras y compañeros"; "ellas y ellos"; "todas y todos"; "niñas y niños"... Ahí se ve a las claras que se trata de un falso feminismo. En el lenguaje hablado o escrito, sustituir "los funcionarios" por “los funcionarios y las funcionarias”, es grotesco, innecesario, tonto e inútil, y destroza la economía del lenguaje. Aunque se puede superar el ridículo actual que impera y llegar a decir un día: los militares y las militaras. (!¡!)

 Claro queeee....., en cuestiones de orden alfabético, no cumplen esto que digo ni siquiera los diccionarios de la lengua española: (DRAE = maestro)

maestro, tra. (Del lat. magister, -tri).
1. adj. Dicho de una persona o de una obra: De mérito relevante entre las de su clase.
2. adj. p. us. Dicho de un irracional: adiestrado. Perro maestro / Halcón maestro.
3. m. y f. Persona que enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo.
 

El neutral y justo sentido del orden alfabético sin influencia ni preponderancia de lo masculino, haría las entradas de todo diccionario así:

maestra, tro. (Del lat. magister, -tri).
1. adj. Dicho de una persona o de una obra: De mérito relevante entre las de su clase.
2. adj. p. us. Dicho de algo principal o muy diestro. Viga maestra / Canal maestra  /  Maestro armero.
3. m. y f. Persona que enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo.

Los ultra-modernos, conocedores de lo tedioso, ridículo e innecesario que es hablar y escribir con tantísimas repeticiones innecesarias, para no dejar de hacer alusión explícita siempre a los dos sexos (los niños y las niñas, los ciudadanos y ciudadanas, los trabajadores y las trabajadoras, etc.) han 'inventado' el símbolo de la arroba (@), ya que este signo a algunos les parece que incluye al mismo tiempo las vocales a y o: l@s niñ@s.

Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico, por lo tanto, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Día del niñ@, donde la contracción 'del' (de+el) sólo es válida para el masculino niño. Existe una gran confusión entre sexo y género.

El participio activo de los verbos, los adjetivos y nombres de oficios que por terminar en L, en Z o en E son de género común, ambiguo o epiceno, y son ambivalentes para aplicar a hombres y a mujeres, por eso yo creo que estas palabras terminadas en L, en Z o en E no se las debiera feminizar:
palabras terminadas en Z
alférez
aprendiz
atroz
audaz
capataz
capaz
eficaz
feroz
incapaz
ineficaz
infeliz
juez
lenguaraz
locuaz
montaraz
portavoz
precoz
procaz
sagaz
soez
suspicaz
veloz
voraz
palabras terminadas en L
ágil
albañil
alguacil
apóstol
bedel
caníbal
carcamal
cardenal
cerril
civil
colosal
comensal
comercial
concejal
cónsul
coronel
corresponsal
criminal
cruel
débil
desleal
dócil
edil
esquimal
eventual
fenomenal
feudal
fiel
fiscal
formal
furriel
general
gentil
hábil
hostil
imbécil
industrial
infiel
informal
inmoral
inmortal
intelectual
inútil
jovial
juvenil
leal
liberal
marcial
marginal
mariscal
mayoral
natural
oficial
pasional
profesional
púgil
radical
rival
rural
senil
servicial
social
timonel
vocal
zascandil
palabras terminadas en E
abulense
absorbente
adolescente
agente
agobiante
alarmante
almirante
ardiente
aspirante
atacante
ayudante
balbuciente
cacique
cadete
cantante
comandante
combatiente
comediante
comerciante
concursante
cooperante
crujiente
danzante
declarante
delineante
dependiente
detective
dibujante
dirigente
docente
enseñante
escribiente
estudiante
existente
forense
fraile
gerente
jinete
gobernante
ignorante
independiente
intérprete
magnate
marchante
orfebre
oyente
pacense

paciente
pedante
permanente
perseverante
pinche
ponente
presidente
regante
residente
saliente
semoviente
sufriente
suplente
traficante
tratante
tripulante
veraneante
El ridículo ultra-feminista, en su ansia por poner género femenino a todas esas palabras de nuestro idioma terminadas en L, en Z o en E que describen oficios y profesiones que puedan (y deban) ser desempeñados por mujeres, no nos extrañe que de esa tabla de arriba lo conviertan todo en esta bazofia:
palabras terminadas en Z
alfereza
aprendiza
atroza
audaza
capataza
capaza
eficaza
feroza
incapaza
ineficaza
infeliza
jueza
lenguaraza
locuaza
montaraza
portavoza
precoza
procaza
sagaza
soeza
suspicaza
veloza
voraza
palabras terminadas en L
ágila
albañila
alguacila
apóstola
bedela
caníbala
carcamala
cardenala
cerrila
civila
colosala
comensala
comerciala
concejala
cónsula
coronela
corresponsala
criminala
cruela
débila
desleala
dócila
edila
esquimala
eventuala
fenomenala
feudala
fiela
fiscala
formala
furriela
generala
gentila
hábila
hostila
imbécila
industriala
infiela
informala
inmorala
inmortala
intelectuala
inútila
joviala
juvenila
leala
liberala
marciala
marginala
mariscala
mayorala
naturala
oficiala
pasionala
profesionala
púgila
radicala
rivala
rurala
senila
serviciala
sociala
timonela
vocala
zascandila
palabras terminadas en E
abulensa
absorbenta
adolescenta
agenta
agobianta
alarmanta
almiranta
ardienta
aspiranta
atacanta
ayudanta
balbucienta
caciqua
cadeta
cantanta
comandanta
combatienta
comedianta
comercianta
concursanta
cooperanta
crujienta
danzanta
declaranta
delineanta
dependienta
detectiva
dibujanta
dirigenta
docenta
enseñanta
escribienta
estudianta
existenta
forensa
fraila
gerenta
jineta
gobernanta
ignoranta
independienta
intérpreta
magnata
marchanta
orfebra
oyenta
pacensa

pacienta
pedanta
permanenta
perseveranta
pincha
ponenta
presidenta
reganta
residenta
salienta
semovienta
sufrienta
suplenta
traficanta
tratanta
tripulanta
veraneanta
Bien es verdad, que de esta segunda tabla de color mierda de recién nacido, mi corrector ortográfico que es de la marca Microsoft Word, sólo me "pita falta" a las palabras terminadas en Z =
alfereza / atroza / audaza / eficaza / feroza / incapaza / ineficaza / infeliza / lenguaraza / locuaza / portavoza / precoza / procaza / suspicaza / veloza. Por lo que a las palabras aprendiza / capataza / capaza / jueza / montaraza / sagaza / soeza, parece ser que las da el visto bueno como de correctamente escritas. ¡Qué torpeza!
Lo mismo digo para las palabras terminadas en L. Me "pita falta" en todas estas palabras ágila / alguacila / apóstola / caníbala / carcamala / cardenala / cerrila / civila / colosala / comensala / comerciala / corresponsala / criminala / cruela / débila / desleala / dócila / esquimala / eventuala / fenomenala / feudala / fiela / fiscala / formala / gentila / hábila / hostila / imbécila / industriala / infiela / informala / inmorala / inmortala / intelectuala / inútila / joviala / juvenila / leala / liberala / marciala / marginala / mayorala / naturala / pasionala / profesionala / púgila / radicala / rivala / rurala / senila / serviciala / sociala / timonela / vocala / zascandila. Por lo tanto, da como correctamente escritas las palabras albañila / bedela / concejala / cónsula / coronela / edila / furriela / generala / mariscala / oficiala. Caprichos absurdos de los que diseñan los correctores cibernéticos: admiten como válida jueza y no admiten fiscala. (¿¡•!?)
Ídem para las palabras terminadas en E. Solamente me "pita falta" en las palabras abulensa / absorbenta / adolescenta / agenta / agobianta / alarmanta / ardienta / aspiranta / atacanta / balbucienta / caciqua / cadeta / cantanta / combatienta / comercianta / concursanta / cooperanta / crujienta / danzanta / declaranta / delineanta / detectiva / dibujanta / docenta  / enseñanta / escribienta / estudianta / existenta / forensa / fraila / ignoranta / independienta / intérpreta / magnata / marchanta / orfebra / oyenta / pacensa / pedanta / permanenta / perseveranta / ponenta / reganta / residenta / salienta / semovienta / sufrienta / suplenta / traficanta / tratanta / tripulanta / veraneanta. Por lo tanto, da como correctamente escritas las palabras almiranta / ayudanta / comandanta / comedianta / dependienta / dirigenta / gerenta / jineta / gobernanta / pacienta / pincha / presidenta. No sé a qué viene esa discriminación.

Es curioso que denominaciones femeninas como asistenta, gobernanta o alcaldesa rebajan la categoría con relación al neutro. Un asistente puede ser alguien importante: "El doctor Marañón fue asistente a las conferencias de filosofía que impartía Ortega y Gasset."
Sin embargo, la asistenta del doctor Marañón quizá no habría podido asistir a esos cursos porque a esas horas tenía que limpiar los retretes de su empleador.
Un gobernante mola más, ya que gobierna sobre un país, una región o el Banco de España, pero una gobernanta ha de conformarse con gobernar a las asistentas de hotel, como mucho.
Hay que admitir que el uso de la palabra y su repetición por todos los hablantes hace que se acabe olvidando su anterior significado, como ocurre con alcaldesa que antiguamente era sólo la esposa del alcalde.
Todavía no se ha oído decir a nadie cooperanta en vez de su neutro -cooperante- acabado en e, pero todo se andará. ¡Ya verás, ya verás!

Por todas estas redundancias ridículas e innecesarias, cualquier día de estos pudieran venir los ultra-masculinistas y 'en justa reciprocidad' —también ridícula y absurda—, nos intentaran colar los siguientes palabros para que todo quedara en consonancia con lo políticamente correcto, neutral y equidistante:
palabras terminadas en Z
alférezo
aprendizo
atrozo
audazo
capatazo
capazo
eficazo
ferozo
incapazo
ineficazo
infelizo
juezo
lenguarazo
locuazo
montarazo
portavozo
precozo
procazo
sagazo
soezo
suspicazo
velozo
vorazo
palabras terminadas en L
ágilo
albañilo
alguacilo
apóstolo
bedelo
caníbalo
carcamalo
cardenalo
cerrilo
civilo
colosalo
comensalo
comercialo
concejalo
cónsulo
coronelo
corresponsalo
criminalo
cruelo
débilo
deslealo
dócilo
edilo
esquimalo
eventualo
fenomenalo
feudalo
fielo
fiscalo
formalo
furrielo
generalo
gentilo
hábilo
hostilo
imbécilo
industrialo
infielo
informalo
inmoralo
inmortalo
intelectualo
inútilo
jovialo
juvenilo
lealo
liberalo
marcialo
marginalo
mariscalo
mayoralo
naturalo
oficialo
pasionalo
profesionalo
púgilo
radicalo
rivalo
ruralo
senilo
servicialo
socialo
timonelo
vocalo
zascandilo
palabras terminadas en E
abulenso

absorbento
adolescento
agento
agobianto
alarmanto
almiranto
ardiento
aspiranto
atacanto
ayudanto
balbuciento
caciquo
cadeto
cantanto
comandanto
combatiento
comedianto
comercianto
concursanto
cooperanto
crujiento
danzanto
declaranto
delineanto
dependiento
detectivo
dibujanto
dirigento
docento
enseñanto
escribiento
estudianto
existento
forenso
frailo
gerento
jineto
gobernanto
ignoranto
independiento
intérpreto
magnato
marchanto
orfebro
oyento
pacenso

paciento
pedanto
permanento
perseveranto
pincho
ponento
presidento
reganto
residento
saliento
semoviento
sufriento
suplento
traficanto
tratanto
tripulanto
veraneanto
Si somos exquisitamente neutrales y no nos dejamos influir por la tonta moda en el lenguaje, hemos de ver que es menos disparatado que las palabras tergiversadas que acabamos de ver, provenientes de las que originariamente son terminadas en L, en Z y en E, palabras como miembra, vástaga, retoña y otras palabras de parecidas hechuras, (ya sé que son muy discutibles) aunque yo nunca defenderé su incorporación por aquello de la economía en el lenguaje y porque miembro, vástago y retoño son adjetivos que incluyen a la perfección a los dos sexos siempre que lleven antepuesto el correspondiente artículo el o la.

Pero por el camino que vamos, pronto surgirá un movimiento masculinista que con parecidos razonamientos reivindique las palabras

albaceo
arreglisto
artisto
atleto
contratisto
criminalisto
cronisto
culturisto
cupletisto
dentisto
deportisto
ebanisto
electricisto
escayolisto
escolto
especialisto
estadisto
estratego
exorcisto
funambulisto
futbolisto
guardio
golfisto
homeópato
lingüisto
machisto
maquinisto
masajisto
oculisto
paisajisto
pediatro
periodisto
pianisto
poeto
policío
proyectisto
psiquiatro
sindicalisto
taxidermisto
taxisto
telefonisto
trompetisto
turisto
violinisto
Nadie se extrañe si un día vemos escrito un relato parecido a éste:
Eva es una chica que fue la acompañanta de un conocido jugador de fútbol de origen yugoslavo. La chica en cuestión hizo de agenta secreta en el pasado conflicto bélico de la antigua Yugoslavia. Durante su estancia allí se hizo amiga de la almiranta que mandaba la fragata "Vascongadas" de la marina mercanta a la vez que era la amanta secreta de una zíngara yugoslava que se ganaba la vida como vendedora ambulanta.

Eva siempre fue una mujer arroganta que trabajaba como asistenta en casa de un militar de altísima graduación. Ella siempre fue aspiranta a entrar en el ejército pues su carácter era de mujer beligeranta y tenía una vecina que llegó al grado de comandanta en el ejército español. Cuando Eva por fin se enroló en el ejército del aire fue destinada como combatienta a Kosovo. Allí se convirtió en la ayudanta de una contralmiranta de la Armada que era la cuñada de una famosa comedianta del Teatro Español. Su hermana, que empezó siendo comercianta de una famosa cadena de tiendas de ropa para bebés, se llegó a convertir en la confidenta de una guerrillera contendienta del Ejército de Liberación de Kosovo.

Más tarde, en una emboscada sufrida por el destacamento de Eva, se la vio convalecienta en un hospital de campaña que organizó La Cruz Roja. A los pocos días se hizo amiga de una creyenta musulmana, que era contrincanta de las tropas españolas.
A causa de las secuelas de aquel atentado terrorista, Eva fue trasladada a España por un periodo de dos años. Al estar desconectada de la disciplina militar se hizo amanta de una contratanta de maquinaria agrícola. Poco duró aquella aventura amorosa porque enseguida se la vió del brazo de una conferencianta con la que hizo de contrayenta.
Nuestra Eva siempre fue una mala contribuyenta a la hacienda pública, pero a raíz de hacerse militanta primero y después dirigenta de un partido de izquierdas, hay quien asegura que se convirtió en una mujer decenta.
Luego llegó a ser debutanta como danzanta en la compañía teatral de una conocida cantanta. Luego se convirtió en demandanta de empleo como delineanta —o más bien dibujanta— de una empresa de ascensores y escaleras móviles. Allí trabó amistad con una delincuenta muy dementa y maleanta por estar enganchada y ser dependienta de la cocaína.
Eva se hizo donanta de sangre para salvar a una emigranta invidenta que se hallaba lactanta de un bebé de quince días.
Hay quien asegura que un día la vieron de manifestanta en la Puerta del Sol y allí sus conocidos la encontraron despampananta y muy reivindicativa de los derechos de las indigentas.
Con el paso del tiempo se convirtió en gobernanta de un hotel y se hizo íntima amiga de la gerenta del restaurante. Pero un día conoció a una manganta que era disidenta del sindicato y docenta en un colegio de monjas muy influyentas. También trabó cierta amistad con una marchanta de pintura que era una gran negocianta. Con el paso de los tiempos se hizo amanta de una estudianta que era hija de una fabricanta de ropa muy dominanta.
Otro día dicen que la vieron muy indecenta en el escaparate de una tienda, haciendo de clienta o de figuranta.

ANEXO
Según dice el diccionario panhispánico de dudas 2005 de la RAE: (http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=Tr5x8MFOuD6DVTlDBg)
Los sustantivos en español pueden ser masculinos o femeninos. [...]... no obstante, son muchos los casos en que existe una forma única, válida para referirse a seres de uno u otro sexo: es el caso de los llamados «sustantivos comunes en cuanto al género» y de los llamados «sustantivos epicenos». Si el referente del sustantivo es inanimado, lo normal es que sea solo masculino (cuadro, césped, día) o solo femenino (mesa, pared, libido), aunque existe un grupo de sustantivos que poseen ambos géneros, los denominados tradicionalmente «sustantivos ambiguos en cuanto al género» que son los que, designando seres animados, tienen una sola forma, la misma para los dos géneros gramaticales. En cada enunciado concreto, el género del sustantivo, que se corresponde con el sexo del referente, lo señalan los determinantes y adjetivos con variación genérica: el/la pianista; ese/esa psiquiatra; un buen/una buena profesional. Los sustantivos comunes se comportan, en este sentido, de forma análoga a los adjetivos de una sola terminación, como feliz, dócil, confortable, etc., que se aplican, sin cambiar de forma, a sustantivos tanto masculinos como femeninos: una madre / un padre feliz; una perra / un perro dócil, una butaca / un sillón confortable.

Sustantivos ambiguos en cuanto al género:

Son los que, designando normalmente seres inanimados, admiten su uso en uno u otro género, sin que ello implique cambios de significado: el/la armazón, el/la dracma, el/la mar, el/la vodka. Normalmente la elección de uno u otro género va asociada a diferencias de registro o de nivel de lengua, o tiene que ver con preferencias dialectales, sectoriales o personales. No deben confundirse los sustantivos ambiguos en cuanto al género con los casos en que el empleo de una misma palabra en masculino o en femenino implica cambios de significado: el cólera (‘enfermedad’) o la cólera (‘ira’); el editorial (‘artículo de fondo no firmado’) o la editorial (‘casa editora’). De entre los sustantivos ambiguos, tan solo ánade y cobaya designan seres animados.

Uso del masculino en referencia a seres de ambos sexos:
En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía. Consecuentemente, los nombres apelativos masculinos, cuando se emplean en plural, pueden incluir en su designación a seres de uno y otro sexo: Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales; En mi barrio hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas). Así, con la expresión los alumnos podemos referirnos a un colectivo formado exclusivamente por alumnos varones, pero también a un colectivo mixto, formado por chicos y chicas.
A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está extendiendo la costumbre de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos: Decidió luchar ella, y ayudar a sus compañeros y compañeras. Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva; así pues, en el ejemplo citado pudo —y debió— decirse, simplemente, ayudar a sus compañeros. Solo cuando la oposición de sexos es un factor relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de ambos géneros: La proporción de alumnos y alumnas en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente; En las actividades deportivas deberán participar por igual alumnos y alumnas. Por otra parte, el afán por evitar esa supuesta discriminación lingüística, unido al deseo de mitigar la pesadez en la expresión provocada por tales repeticiones, ha suscitado la creación de soluciones artificiosas que contravienen las normas de la gramática: las y los ciudadanos.

Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos (los niños y las niñas, los ciudadanos y ciudadanas, etc.), ha comenzado a usarse en carteles y circulares el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o: l@s niñ@s. Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Día del niñ@, donde la contracción del solo es válida para el masculino niño.

Formación del femenino en profesiones, cargos, títulos o actividades humanas. Aunque en el modo de marcar el género femenino en los sustantivos que designan profesiones, cargos, títulos o actividades influyen tanto cuestiones puramente formales —la etimología, la terminación del masculino, etc.— como condicionamientos de tipo histórico y sociocultural, en especial el hecho de que se trate o no de profesiones o cargos desempeñados tradicionalmente por mujeres, se pueden establecer las siguientes normas, atendiendo únicamente a criterios morfológicos:

a) Aquellos cuya forma masculina acaba en -o forman normalmente el femenino sustituyendo esta vocal por una -a: bombero/bombera, médico/médica, ministro/ministra, ginecólogo/ginecóloga. Hay excepciones, como piloto, modelo o testigo, que funcionan como comunes: el/la piloto, el/la modelo, el/la testigo (no debe considerarse una excepción el sustantivo reo, cuyo femenino etimológico y aún vigente en el uso es rea, aunque funcione asimismo como común: la reo). También funcionan normalmente como comunes los que proceden de acortamientos: el/la fisio, el/la otorrino. En algún caso, el femenino presenta la terminación culta -isa (del lat. -issa), por provenir directamente del femenino latino formado con este sufijo: diácono/diaconisa; y excepcionalmente hay voces que tienen dos femeninos, uno en -a y otro con la terminación -esa (variante castellana de -isa): diablo, fem. diabla o diablesa; vampiro, fem. vampira o vampiresa.

b) Los que acaban en -a funcionan en su inmensa mayoría como comunes: el/la atleta, el/la cineasta, el/la guía, el/la logopeda, el/la terapeuta, el/la pediatra. En algunos casos, por razones etimológicas, el femenino presenta la terminación culta -isa: profetisa, papisa. En el caso de poeta, existen ambas posibilidades: la poeta/poetisa. También tiene dos femeninos la voz guarda, aunque con matices significativos diversos: la guarda/guardesa. Son asimismo comunes en cuanto al género los sustantivos formados con el sufijo -ista: el/la ascensorista, el/la electricista, el/la taxista. Es excepcional el caso de modista, que a partir del masculino normal el modista ha generado el masculino regresivo modisto.

c) Los que acaban en -e tienden a funcionar como comunes, en consonancia con los adjetivos con esta misma terminación, que suelen tener una única forma (afable, alegre, pobre, inmune, etc.): el/la amanuense, el/la cicerone, el/la conserje, el/la orfebre, el/la pinche. Algunos tienen formas femeninas específicas a través de los sufijos -esa, -isa o -ina: alcalde/alcaldesa, conde/condesa, duque/duquesa, héroe/heroína, sacerdote/sacerdotisa (aunque sacerdote también se usa como común: la sacerdote). En unos pocos casos se han generado femeninos en -a, como en jefe/jefa, sastre/sastra, cacique/cacica.

Dentro de este grupo están también los sustantivos terminados en -ante o -ente, procedentes en gran parte de participios de presente latinos, y que funcionan en su gran mayoría como comunes, en consonancia con la forma única de los adjetivos con estas mismas terminaciones (complaciente, inteligente, pedante, etc.): el/la agente, el/la conferenciante, el/la dibujante, el/la estudiante. No obstante, en algunos casos se han generalizado en el uso femeninos en -a, como clienta, dependienta o presidenta. A veces se usan ambas formas, con matices significativos diversos: la gobernante (‘mujer que dirige un país’) o la gobernanta (en una casa, un hotel o una institución, ‘mujer que tiene a su cargo el personal de servicio’).

d) Los pocos que terminan en -i o en -u funcionan también como comunes: el/la maniquí, el/la saltimbanqui, el/la gurú.

e) En cuanto a los terminados en -y, el femenino de rey es reina, mientras que los que toman modernamente esta terminación funcionan como comunes: el/la yóquey.

f) Los que acaban en -or forman el femenino añadiendo una -a: compositor/compositora, escritor/escritora, profesor/profesora, gobernador/gobernadora. En algunos casos, el femenino presenta la terminación culta -triz (del lat. -trix, -tricis), por provenir directamente de femeninos latinos formados con este sufijo: actor/actriz, emperador/emperatriz.

g) Los que acaban en -ar o -er, así como los pocos que acaban en -ir o -ur, funcionan hoy normalmente como comunes, aunque en algunos casos existen también femeninos en -esa o en -a: el/la auxiliar, el/la militar, el/la escolar (pero el juglar/la juglaresa), el/la líder (raro lideresa), el/la chofer o el/la chófer (raro choferesa), el/la ujier, el/la sumiller, el/la bachiller (raro hoy bachillera), el/la mercader (raro hoy mercadera), el/la faquir, el/la augur.

h) Los agudos acabados en -n y en -s forman normalmente el femenino añadiendo una -a: guardián/guardiana, bailarín/bailarina, anfitrión/anfitriona, guardés/guardesa, marqués/marquesa, dios/ diosa. Se exceptúan barón e histrión, cuyos femeninos se forman a través de los sufijos -esa e -isa, respectivamente: baronesa, histrionisa. También se apartan de esta regla la palabra rehén, que funciona como epiceno masculino (el rehén) o como común (el/la rehén), y la voz edecán, que es común en cuanto al género (el/la edecán). Por su parte, las palabras llanas con esta terminación funcionan como comunes: el/la barman.

i) Los que acaban en -l o -z tienden a funcionar como comunes: el/la cónsul, el/la corresponsal, el/la timonel, el/la capataz, el/la juez, el/la portavoz, en consonancia con los adjetivos terminados en estas mismas consonantes, que tienen, salvo poquísimas excepciones, una única forma, válida tanto para el masculino como para el femenino: dócil, brutal, soez, feliz (no existen las formas femeninas *dócila, *brutala, *soeza, *feliza). No obstante, algunos de estos sustantivos han desarrollado con cierto éxito un femenino en -a, como es el caso de juez/jueza, aprendiz/aprendiza, concejal/concejala o bedel/bedela.

j) Los terminados en consonantes distintas de las señaladas en los párrafos anteriores funcionan como comunes: el/la chef, el/la médium, el/la pívot. Se exceptúa la voz abad, cuyo femenino es abadesa. Es especial el caso de huésped, pues aunque hoy se prefiere su uso como común (el/la huésped), su femenino tradicional es huéspeda.

k) Independientemente de su terminación, funcionan como comunes los nombres que designan grados de la escala militar: el/la cabo, el/la brigada, el/la teniente, el/la brigadier, el/la capitán, el/la coronel, el/la alférez; los sustantivos que designan por el instrumento al músico que lo toca: el/la batería, el/la corneta, el/la contrabajo; y los sustantivos compuestos que designan persona: el/la mandamás, el/la sobrecargo, un/una cazatalentos, un/una sabelotodo, un/una correveidile.

l) Cuando el nombre de una profesión o cargo está formado por un sustantivo y un adjetivo, ambos elementos deben ir en masculino o femenino dependiendo del sexo del referente; por tanto, debe decirse la primera ministra, una intérprete jurada, una detective privada, etc., y no la primera ministro, una intérprete jurado, una detective privado, etc…

4. Género de los nombres de países y ciudades. En la asignación de género a los nombres propios de países y ciudades influye sobre todo la terminación, aunque son muy frecuentes las vacilaciones. En general puede decirse que los nombres de países que terminan en -a átona concuerdan en femenino con los determinantes y adjetivos que los acompañan: «Serán los protagonistas de la Colombia del próximo siglo»; «Hizo que la vieja España pensara sobre sus colonias»; mientras que los que terminan en -a tónica o en otra vocal, así como los terminados en consonante, suelen concordar en masculino: «Para que [...] construyan juntos el Panamá del futuro»; «El México de hoy ya no es el México de hace tres años»; «La participación de Rusia en el Iraq que resultará de la guerra dependerá de si adopta una “postura constructiva” en la ONU». En lo que respecta a las ciudades, las que terminan en -a suelen concordar en femenino: «Hallado un tercer foro imperial en la Córdoba romana»; mientras que las que terminan en otra vocal o en consonante suelen concordar en masculino, aunque en todos los casos casi siempre es posible la concordancia en femenino, por influjo del género del sustantivo ciudad: «Puso como ejemplo de convivencia cultural y religiosa el Toledo medieval»; «Ya vuela [...] sobre la Toledo misteriosa»; «El Buenos Aires caótico de frenéticos muñecos con cuerda»; «Misteriosa Buenos Aires». Con el cuantificador todo antepuesto, la alternancia de género se da con todos los nombres de ciudades, independientemente de su terminación: «—¿Lo sabías tú? —Bueno, Javier, lo sabe todo Barcelona»; «Por toda Barcelona corre un rumor de llanto y de promesa». La expresión masculina «el todo + nombre de ciudad» se ha lexicalizado en países como México y España con el sentido de ‘élite social de una ciudad’: «Su pequeño bar es el lugar donde se reúne “el todo Barcelona”