Supongamos que yo soy un manchego que se ha leído tantas veces el Quijote (la novela de Miguel de Cervantes) que se la ha llegado a creer a pie juntillas de tal forma que las hazañas del novelesco y esperpéntico personaje, las entiende como hechos verídico que ocurrieron en tierras manchegas allá por la Alta Edad Media.
Y supongamos también que al igual que yo, una pléyade inmensa de manchegos de bien, también está convencida de que no es novela, que son los relatos pormenorizados de un insigne y singular hidalgo manchego que se dedicó en vida a desfacer entuertos, a proteger a viudas y menesterosos y a luchar contra las injusticias y los abusos de poder de los poderosos. Y que Cervantes no fue un novelista sino un fidedigno historiador.
Y puestos a suponer, supongamos que un día llega un ácido humorista y deslenguado cantautor para más inri, y se pone a despotricar de nuestro insigne héroe manchego; que hace canciones en donde le ridiculiza y un día se mofó descaradamente de nuestro queridísimo don Quijote de La Mancha, llamándole iluso, descentrado y no sé cuántas cosas más. Ya se lo insinuó su escudero Sancho con metáforas, retruécanos, anáforas, paradojas, oxímoron e hipérbaton, pues que la supuesta Dulcinea era en realidad una moza toboseña llamada Aldonza Lorenzo y que era fea, desaliñada y un tanto palurda. Don Quijote no lo quiso entender así y siguió alimentando sus calenturientas imaginaciones de absurdo enamorado sin sentido ni razón.
Y claro, los quijotistas devotos y convencidos de la verdadera historia del insigne manchego, montemos (montamos) en cólera y ni cortos ni perezosos, le pusimos una denuncia del copón bendito ante los tribunales de justicia.
¡¡Pues claro!! ¿A quién se le ocurre ofender y calumniar así a nuestro querido e irrepetible manchego?
Con su mofa nos ofendió a muchos manchegos devotos del insigne hidalgo que nosotros estamos convencidos de que existió verdaderamente e hizo muchas y grandes obras de filantropía por La Mancha, por España y por el mundo entero.
Esta ha sido mi humilde parábola con la que a través de ella me quiero solidarizar con las ideas y la persona de Javier Krahe y de tantos otros (muy pocos, por cierto) que se atreven a reírse de las mentiras y engañifas que afectan a una aplastante y preocupante parte de la crédula humanidad.
"Los caminos del señor" -- Javier Krahe
"El cromosoma" -- Javier Krahe
5 comentarios :
¿Sólo manchegos o españoles todos?
Tracy, lo siento pero de tu escueto telegrama no logro entender nada.
Gracias por venir y comentar.
Muy bien María. De acuerdo.
Gracias por venir y comentar.
Javier Krahe sabe cocinar muy bien, además no cocinó un cristo, cocinó un kristo, o seáse que me alegro de su absolución y ojalá que siga cocinando. A alguno que otro cocinaría yo en pepitoria.
BESOS.
Estoy de acuerdo contigo, Ana.
Gracias por acudir aquí.
Besos,
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