En todo el país no hay quien no conozca el proceso contra Teodoro Fuch por el robo de una gallina. Si la vieja criada no se hubiese asomado por la ventana de la cocina, nada de lo que pasó sería posible. Se asomó y prorrumpió en gritos: ¡Al ladrón, al ladrón! Entonces salté la empalizada y eché a correr sin abandonar la gallina. Volvía la gente de presenciar una gran parada a la que había asistido el rey, y la avenida era como un río humano... Miles de personas... Atravesé entre ellas con la gallina en la mano. Me cogieron, lejos ya, y comenzaron a incoar el proceso.
El fiscal citó dos mil trescientos ciudadanos que me habían visto correr entre ellos; mi abogado, cuatro mil ciento siete personas que no me habían visto, aunque también pasaban en aquel momento por la avenida. Las declaraciones de unos y otros consumieron todo el papel que pudieron producir tres fábricas del reino; una legión de escribientes consignaron, cosieron y foliaron los pliegos. Tres veces comenzó a celebrarse el juicio y otras tres hubo de ser suspendido, porque no hay posibilidad de que acudan todos los que declararon en el sumario.
Las dietas a los jurados y a los testigos se elevaron a una cantidad tal, que el presupuesto del Estado liquidará este año con déficit. Un periódico ha calculado que con lo que se gastó en sustanciar el robo de la gallina se podían haber adquirido un millón de avestruces.
El partido liberal, que está en la oposición, agregó a su programa esta cláusula: "Sobreseer el ruinoso proceso de la gallina, que arrastra a la nación al desbarajuste económico." Pero el partido conservador quiere a todo trance que continúen los procedimientos de la justicia histórica.
El fiscal citó dos mil trescientos ciudadanos que me habían visto correr entre ellos; mi abogado, cuatro mil ciento siete personas que no me habían visto, aunque también pasaban en aquel momento por la avenida. Las declaraciones de unos y otros consumieron todo el papel que pudieron producir tres fábricas del reino; una legión de escribientes consignaron, cosieron y foliaron los pliegos. Tres veces comenzó a celebrarse el juicio y otras tres hubo de ser suspendido, porque no hay posibilidad de que acudan todos los que declararon en el sumario.
Las dietas a los jurados y a los testigos se elevaron a una cantidad tal, que el presupuesto del Estado liquidará este año con déficit. Un periódico ha calculado que con lo que se gastó en sustanciar el robo de la gallina se podían haber adquirido un millón de avestruces.
El partido liberal, que está en la oposición, agregó a su programa esta cláusula: "Sobreseer el ruinoso proceso de la gallina, que arrastra a la nación al desbarajuste económico." Pero el partido conservador quiere a todo trance que continúen los procedimientos de la justicia histórica.
Pero al leer ese texto escrito por el periodista y novelista español, Wenceslao Fernández Flórez, no creamos que se trataba de una persona progresista. Todo lo contrario. Véase lo que un día dijo de las gentes de izquierda de su época. Así, en conjunto:
El olor a rojo es tan fuerte y típico que creo posible distinguir un marxista y aún seguir su rastro con olfato poco ejercitado. El marxismo —religión de presidiarios, fracasados, de envidiosos, de contrahechos, de vividores, de perezosos, de gente de cubil— tenía que oler así precisamente: a conciencia podrida, que huele peor que una ballena muerta porque el marxismo materialista es una doctrina intestinal...
7 comentarios :
Jo, con Clarín.
No sabía que olíamos de esa manera.
No Paco. Te ha debido trastornar no sé qué de tu subconsciente porque no era Leopoldo Alas «Clarín», sino Wenceslao Fernández Florez el que dijo eso de los rojos.
Claro que..., uno mismo no se huele. Ya lo dice el refrán castellano:
A nadie le huelen sus peos
ni encuentra a sus hijos feos.
Llevas razón, tienen en común la vecindad entre asturiano y gallego
Un fallo, de los muchos.
El mamoneo de toda índole en la justicia española hace mucho tiempo, demasiado, que no se le pasa por alto a nadie. Sobre todo en los últimos tiempos.
Parece que Pablo Iglesias, el actual, al igual que a la derecha, tampoco le cae muy bien a la ¿izquierda? tradicional. ¿Es posible que tenga algo que ver el miedo?
Saludos. Miguel
Miguel, para mis entendederas, me parece que no te has expresado muy claramente.
En cuanto a lo que dices de la justicia española, de acuerdo.
Luego mencionas a Pablo Iglesias —del que soy un entusiasta seguidor y admirador— y no entiendo lo que intentas decir. Si lo descubriera, quizá estaría en sintonía contigo. Porque yo, de forofo, fanático y ciego, tengo muy poquito. Me gusta juzgar a todos con neutralidad y desapasionamiento.
Saludos.
Está claro que no se deben mezclar "apples with peras" -como seguramente diría Annie Bottle- al hacer un comentario.
Naturalmente la segunda parte de mi comentario anterior debería haber ido en tu escrito siguiente, donde Juan Alberto, seguramente PSOEista de pro, pone a parir tanto a PODEMOS como a su líder Pablo Iglesias. De ahí mi comentario.
Por si te ayuda a aclarar las cosas, te puedo decir que yo, que tengo casi los mismos años que tú, las pasadas elecciones fue la primera vez, y con toda seguridad no será la última si sigo aquí, que no voté al PSOE. Obviamente voté a PODEMOS.
Saludos. Miguel
Vale Miguel. Ahora sí que te he entendido totalmente.
En cuanto a tu último párrafo, yo me veo totalmente reflejado en él. Ese también ha sido y está siendo mi caso como votante de izquierdas.
Ya vamos siendo más...
Saludos,
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