lunes, 3 de junio de 2013

Algo de mí

Dicen que las canciones son la banda sonora de la película de nuestra vida. Sí; quizás. Yo, más que de nuestra vida, diría que principalmente son de nuestra infancia y juventud.
Muchas de esas canciones, ¡oye, qué cosas!, siguen frescas en mi mente y son un buen acicate para hilvanar los recuerdos de aquel tiempo; las recuerdo muy bien todavía y casi podría presumir de que recuerdo muchas de sus letras. Las letras de las canciones es lo más difícil de recordar. Mucho más que su música.

Una canción muy entrañable es aquel tango "El día que me quieras" que popularizó Carlos Gardel. Cuando mi madre canturreaba:
El día que me quieras
la rosa que engalana
se vestirá de fiesta
con su mejor color ...
Yo era muy niño pero recuerdo lo que me afectaba la letra de aquella canción y como si dedujera que era una indirecta hacia mí, decía lloroso a mi madre: "Madre, pero si yo te quiero mucho", a lo que mi madre me respondía sonriente: "Ya lo sé, hijo, si es solamente una canción".
"El dia que me quieras" - Carlos Gardel -http://youtu.be/RmXCVOmOCPU

De cuando yo vivía en mi pueblo de origen, había una chiquilla en el pueblo de al lado que me gustó mucho desde que la conocí un día que me despachaba petróleo para un infiernillo que tenía mi madre para cocinar.
Mi madre me mandó ir en bicicleta a Camarenilla (5 Km.) a comprar una garrafa de petróleo para un infiernillo y allí estaba la niña MaríaRosa; entonces tenía 13 años. Yo tenía 15. Aquella niña medio mocita ya, me despachó el petróleo y me hizo tanto tilín que no la pude olvidar.

Un año después, con 16 años, me fui a trabajar a Madrid. Pero volvía a Arcicóllar (65 Km.) algunos fines de semana para estar con mi madre.
Por aquel año (1962) pasé por Bargas un domingo, camino de Madrid, en donde llevaba trabajando unos meses en una fábrica de ascensores y escaleras móviles.
Eran las fiestas de septiembre en Bargas y MaríaRosa había vuelto desde Camarenilla por unos días, para vivir las fiestas de su pueblo.
Entré al baile del pueblo y, ¡oh, sorpresa!, allí estaba ella. La orquestina de aquel salón de baile estaba tocando "Moliendo café", una canción muy de moda por aquellos días. Me tuve que armar de mucho valor para bailar con aquella muchachita. Nunca me gustó el baile, yo creo que en el fondo era porque nunca supe bailar y me sentía ridículo siendo tan patoso. Pero la canción "Moliendo café" siempre me acerca a aquellos juveniles recuerdos.

"Moliendo café" es una canción del músico venezolano Hugo César Blanco Manzo. La compuso el 1958, cuando tenía 18 años.
"Moliendo Café" - José Luis Rodríguez con los Panchos 
Pocos años después éramos novios. Algunos fines de semana me iba de Madrid a Camarenilla para estar con MaríaRosa un corto ratito.

Un día volvimos a estar en un baile aunque yo era alérgico a ellos y MaríaRosa, todo lo contrario. A los pocos días yo me iba a la mili. Y aquel día hubo un poco de tensión en la pareja porque ella se quejaba de que no la parecía que la quería lo suficiente.

Cuando a los pocos días nos cargaron en un tren a todos los reclutas de Madrid, desde la estación de Atocha hasta Alcalá de Henares, al ir todos enfilados andando desde la estación de destino hasta el campamento del CIR2 (año 1967) y al pasar por las casas de las afueras del pueblo, en la radio de una casa estaba sonando aquella canción que se estrenó por aquellos días
«Lola» cantan 'Los Brincos' (http://youtu.be/fBEfp0NS0EY)
La otra noche bailando estaba con Lola
y me dijo que se encontraba muy sola,
que pensaba que yo ya no la quería
y creía que yo salía con otra.
Sabes que no es verdad, nunca te miento,
deja ya de llorar, porque te quiero,
nunca estuve con otra,
tú eres la única Lola.
La besé en la cara,
la besé en la boca
y ella sonriendo me miró.
La otra noche bailando estaba con Lola,
como niños besándonos en las sombras,
como niños besándonos en las sombras,
como niños besándonos en las sombras...
Y me transportó inmediatamente a la situación recientemente vivida con mi novia. Cambiando Lola por MaríaRosa, todo lo demás de la canción era el fiel reflejo de lo que nos pasaba.

Durante el periodo de noviazgo con la que fue la única novia que tuve (y hoy es mi esposa), estaba muy de moda aquella canción del cantante chileno Antonio Prieto, "Rosita", y recuerdo que yo canturreaba:
Es la dueña de mi amor,
tiene el nombre de una flor
pero es mucho más bonita
Rosita, Rosita, ... ...
Y ya, cuando imaginábamos el futuro común, yo siempre le decía que quería tener con ella una Rosita chiquitita. También aquella canción me ayudaba mucho a decírselo cantando:
Sólo espero de este amor
que esta flor me dé otra flor
una rosa chiquitita
Rosita, Rosita ...
"Rosita" - canta Antonio Prieto - http://youtu.be/ZiO35mf4kbE
Y efectivamente. Dos años después de casarnos —febrero de 1971— nos nació una rosa chiquitita a la que pusimos por nombre Rosita.

Y hasta aquí, un aspecto muy entrañable e íntimo de mi vida en donde están muy presentes esos sonidos musicales que hoy vengo a evocar como algo de mí.

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