Sí, sí; a mí también me cuesta mucho creerlo pero al parecer, hay socialistas católicos. Dicen que también hay católicos socialistas. ¡¡La repanocha en escabeche!!
Pero..., ¡cómo se puede entender eso!
Peroooo..., vamos a ver..., ¿es que me creerá la gente si digo que soy socialista y al mismo tiempo admiro la idea y la obra de aquel socialista venido a fascista llamado Benito Mussolini?
O, ¿puedo decir sin rubor que soy socialista y al mismo tiempo me confieso ferviente 'devoto' del nazional-socialismo o del falangismo joseantoniano?
¡¡¡Pero cómo se come eso...!!!
En los partidos tradicionalmente de izquierdas existe un número preocupante de afiliados o militantes que dicen ser de ideas socialistas y por devoción religiosa dicen ser católicos. ¡Y no les pasa nada, oiga! ¡¡¡Ay, qué gracia!!!
En España, decirse partidario de la religión católica, equivale a abrazar una ideología de extrema derecha, del estilo del nacionalsindicalismo español, del fascismo italiano o del nazional-socialismo alemán.
No importan los postulados de la religión-matriz (el cristianismo). La ideología política que hoy impregna al catolicismo apostólico romano, la imprimen sus jerarcas. La marca el papa de Roma con su ejemplo; la marca la conferencia episcopal española con esos dos elementos tan destacados y significativos: Rouco Varela y Martínez Camino. (Fascismo católico).
¿Cómo se puede uno confesar abiertamente y sin rubor, que se es socialista y católico? ¿Todavía no nos hemos dado cuenta el daño que las religiones han hecho al progreso de la humanidad?
Si se es socialista, poco católico cabe ser. Si se es católico, poco socialismo les cabe en sus cabecitas a los que tengan esas creencias religiosas. No nos engañemos.
Pero sí; yo sé lo que pasa. En España, la ideología político/religiosa del catolicismo vaticanista es como un gran paraguas protector. Dentro de él, las gentes se cobijan y están muy calentitas, no se mojan. Ser miembro o simplemente simpatizante de la iglesia católica, hoy por hoy prestigia a las gentes. Prestigia a las gentes de la derecha, pero también prestigia a las gentes autodenominadas "de izquierdas". No les pasa nada por decir que militan en el PSOE, en el PCE, en IU, en... etcétera, etcétera, etcétera, y que van a misa todos los domingos y algunos de ellos hasta se tragan la ostia. ¡Eso es la reostia!
No es raro, encontrar a destacados políticos de la izquierda (alcaldes, concejales, diputados provinciales, regionales, nacionales), senadores, etc., que son miembros de algunas cofradías religiosas y en Semana Santa desfilan con todo descaro en las procesiones callejeras. ¡Qué, que no?
En otros tiempos ya lejanos —por la II República y anterior a ella— no era fácil encontrar a gentes de izquierdas que confesaran esa dualidad ideológica tan contradictoria. Si tenían esas creencias religiosas, se cuidaban muy mucho de no confesarlas. Si alguien se le hubiera ocurrido tal confesión, hubiera sido corrido a gorrazos por las principales calles de su pueblo.
Pero hoy no; hoy ocurre todo lo contrario. Parece que se prestigia el militante de izquierdas; parece que sube puntos en su ranking político cuando se confiesa devoto de la internacional vaticanista.
Y es que aquí parece ser que pasa algo parecido a lo de aquel chiste:
—¡Señora Fulana, que su hija está en la catequesis!
—Déjala, que mientras esté ahí no está haciendo nada malo.
¡Claro! Estar vinculado con la ideología católica en algunas de sus facetas, a casi todos les parece que no es peligroso. Eso es lo que digo yo con el símil del paraguas: La gente se siente muy protegida y prestigiada socialmente, si se cobijan debajo del paraguas del catolicismo español. Otro gallo les cantaría a los de izquierdas que se dicen católicos, si el común de la gente tuviera claro que el catolicismo vaticanista español, es una ideología política de derechas muy extremas.
Cuando alguien ataca a esos contradictorios izquierdistas, por su incomprensible dualismo ideológico (o acomodaticio), dan un giro de 105 grados, y dicen: "No; no he dicho que yo sea un socialista católico. Yo lo que dije (donde dije diego) es que soy un socialista cristiano. Que no es lo mismo".
¡Ah, claro! No es lo mismo.
Esta confesión la viene practicando últimamente el ínclito Pepe Bono. Hace años decía ser un socialista católico; como ha visto que nos hemos dado cuenta de que decir católico es decir vaticanista y decir vaticanista es tanto como decir ultra-derechista, ha suavizado el discurso y ahora se confiesa socialista y cristiano. En el fondo, él cree que lo cristiano contiene menos pólvora que lo católico, (¿?¿)...
No es lo mismo porque se nos ha hecho creer que el cristianismo es una religión más a la izquierda que el catolicismo. O si lo queremos decir a la inversa, el cristianismo es menos de extrema derecha que el catolicismo.
El uno nació en la antigua Palestina, como derivación o segregación de la ideología judía, y el otro nació en la Roma poderosa bajo las bendiciones del emperador Constantino y más tarde de Benito Musolini.
¡Claro, claro! ¿O no...?
El catolicismo tiene una peor aceptación y encaje, entre las minorías izquierdistas que el que tiene el cristianismo sin apellidos. Digamos que "se vende peor".
Por ahí se oye decir a mucho izquierdista folklórico, que Jesucristo fue el primer comunista de la historia. (Esto te lo dicen algunos de la órbita comunista). Pero es también frecuente oír decir a otros de la órbita socialdemócrata, que "Jesucristo fue el primer socialista de la historia". [Já, já, já y después... Já].
Claro que tonterías de esas las he oído decir también sobre José Antonio Primo de Rivera.
Yo creo que Jesucristo es un invento de la Biblia: "El cuento de los cuentos".
Ahí pasó lo que podría pasarle a Don Quijote. Al singular manchego, le metes 2000 años de por medio, le escribes libros de relatos de sus andanzas y hazañas por medio de pseudo-historiadores, y al cabo del tiempo resultará que Don Quijote fue un santo manchego que dedicó su vida a desfacer entuertos, a perseguir malandrines, a luchar contra la injusticia y a proteger a viudas, huérfanos y menesterosos.
Uno de los principales ideólogos de las corrientes ideológicas de la izquierda, dijo un día —y dijo muy bien Carlos Marx— que la religión es el opio del pueblo.
Pero en una sociedad en la que el opio, la morfina, la cocaína, la heroína, el tabaco y la marihuana, no están muy mal vistos, tampoco tiene por qué estar mal vista la religión católica. ¿A que no?
La religión, para la gente de derechas, claro que no está mal vista. Es consustancial una con la otra. Lo que se me hace más cuesta arriba de entender es el binomio imposible izquierdismo/catolicismo. Eso no me lo trago ni acompañándolo con un litro de buen vino de La Mancha.
Pero hay algunos de esos que me discuten este razonamiento; que me lo intentan tirar por tierra. Sospecho que serán de los que quieren hacer valer el maridaje socialismo/catolicismo. Me tildan de ultra-exigente, de puntilloso y de etiquetador utópico.
Yo sé que partidos como el PSOE, que tiene la vocación o la táctica de ser partidos de masas, no pueden andarse con muchos remilgos y tiene que contemplar dentro de su espectro a militantes, simpatizantes y votantes dentro de un amplio abanico que va desde los socialistas de verdad, de verdad, —o sea, socialistas de izquierdas— hasta los de derechas más o menos ultras o moderadas.
No olvidando a los "centristas", equidistantes y "apolíticos", que son una aplastante mayoría.
Esto... lo encajo de mejor o peor talante. Lo que no encajaré nunca son a esos ínclitos «socialistas» que sin esconderse de nadie proclaman a los cuatro vientos su ideología de «católicos», como son Pepe Bono, Juan Alberto Belloch y Paco Vázquez. (Pongo un minúsculo ejemplo, por no ir más lejos).
Si no se pone coto a ese absurdo fenómeno de las ideologías, no tardando mucho, los ateos-izquierdistas que queden en el seno de los partidos de izquierdas, serán corridos a gorrazos o, por lo menos, aparcados en un rinconcito a modo de corriente ideológica del estilo de Izquierda Socialista.
Y si no, ¡al tiempo...!
Pero..., ¡cómo se puede entender eso!
Peroooo..., vamos a ver..., ¿es que me creerá la gente si digo que soy socialista y al mismo tiempo admiro la idea y la obra de aquel socialista venido a fascista llamado Benito Mussolini?
O, ¿puedo decir sin rubor que soy socialista y al mismo tiempo me confieso ferviente 'devoto' del nazional-socialismo o del falangismo joseantoniano?
¡¡¡Pero cómo se come eso...!!!
En los partidos tradicionalmente de izquierdas existe un número preocupante de afiliados o militantes que dicen ser de ideas socialistas y por devoción religiosa dicen ser católicos. ¡Y no les pasa nada, oiga! ¡¡¡Ay, qué gracia!!!
En España, decirse partidario de la religión católica, equivale a abrazar una ideología de extrema derecha, del estilo del nacionalsindicalismo español, del fascismo italiano o del nazional-socialismo alemán.
No importan los postulados de la religión-matriz (el cristianismo). La ideología política que hoy impregna al catolicismo apostólico romano, la imprimen sus jerarcas. La marca el papa de Roma con su ejemplo; la marca la conferencia episcopal española con esos dos elementos tan destacados y significativos: Rouco Varela y Martínez Camino. (Fascismo católico).
¿Cómo se puede uno confesar abiertamente y sin rubor, que se es socialista y católico? ¿Todavía no nos hemos dado cuenta el daño que las religiones han hecho al progreso de la humanidad?
Si se es socialista, poco católico cabe ser. Si se es católico, poco socialismo les cabe en sus cabecitas a los que tengan esas creencias religiosas. No nos engañemos.
Pero sí; yo sé lo que pasa. En España, la ideología político/religiosa del catolicismo vaticanista es como un gran paraguas protector. Dentro de él, las gentes se cobijan y están muy calentitas, no se mojan. Ser miembro o simplemente simpatizante de la iglesia católica, hoy por hoy prestigia a las gentes. Prestigia a las gentes de la derecha, pero también prestigia a las gentes autodenominadas "de izquierdas". No les pasa nada por decir que militan en el PSOE, en el PCE, en IU, en... etcétera, etcétera, etcétera, y que van a misa todos los domingos y algunos de ellos hasta se tragan la ostia. ¡Eso es la reostia!
No es raro, encontrar a destacados políticos de la izquierda (alcaldes, concejales, diputados provinciales, regionales, nacionales), senadores, etc., que son miembros de algunas cofradías religiosas y en Semana Santa desfilan con todo descaro en las procesiones callejeras. ¡Qué, que no?
En otros tiempos ya lejanos —por la II República y anterior a ella— no era fácil encontrar a gentes de izquierdas que confesaran esa dualidad ideológica tan contradictoria. Si tenían esas creencias religiosas, se cuidaban muy mucho de no confesarlas. Si alguien se le hubiera ocurrido tal confesión, hubiera sido corrido a gorrazos por las principales calles de su pueblo.
Pero hoy no; hoy ocurre todo lo contrario. Parece que se prestigia el militante de izquierdas; parece que sube puntos en su ranking político cuando se confiesa devoto de la internacional vaticanista.
Y es que aquí parece ser que pasa algo parecido a lo de aquel chiste:
—¡Señora Fulana, que su hija está en la catequesis!
—Déjala, que mientras esté ahí no está haciendo nada malo.
¡Claro! Estar vinculado con la ideología católica en algunas de sus facetas, a casi todos les parece que no es peligroso. Eso es lo que digo yo con el símil del paraguas: La gente se siente muy protegida y prestigiada socialmente, si se cobijan debajo del paraguas del catolicismo español. Otro gallo les cantaría a los de izquierdas que se dicen católicos, si el común de la gente tuviera claro que el catolicismo vaticanista español, es una ideología política de derechas muy extremas.
Cuando alguien ataca a esos contradictorios izquierdistas, por su incomprensible dualismo ideológico (o acomodaticio), dan un giro de 105 grados, y dicen: "No; no he dicho que yo sea un socialista católico. Yo lo que dije (donde dije diego) es que soy un socialista cristiano. Que no es lo mismo".
¡Ah, claro! No es lo mismo.
Esta confesión la viene practicando últimamente el ínclito Pepe Bono. Hace años decía ser un socialista católico; como ha visto que nos hemos dado cuenta de que decir católico es decir vaticanista y decir vaticanista es tanto como decir ultra-derechista, ha suavizado el discurso y ahora se confiesa socialista y cristiano. En el fondo, él cree que lo cristiano contiene menos pólvora que lo católico, (¿?¿)...
No es lo mismo porque se nos ha hecho creer que el cristianismo es una religión más a la izquierda que el catolicismo. O si lo queremos decir a la inversa, el cristianismo es menos de extrema derecha que el catolicismo.
El uno nació en la antigua Palestina, como derivación o segregación de la ideología judía, y el otro nació en la Roma poderosa bajo las bendiciones del emperador Constantino y más tarde de Benito Musolini.
¡Claro, claro! ¿O no...?
El catolicismo tiene una peor aceptación y encaje, entre las minorías izquierdistas que el que tiene el cristianismo sin apellidos. Digamos que "se vende peor".
Por ahí se oye decir a mucho izquierdista folklórico, que Jesucristo fue el primer comunista de la historia. (Esto te lo dicen algunos de la órbita comunista). Pero es también frecuente oír decir a otros de la órbita socialdemócrata, que "Jesucristo fue el primer socialista de la historia". [Já, já, já y después... Já].
Claro que tonterías de esas las he oído decir también sobre José Antonio Primo de Rivera.
Yo creo que Jesucristo es un invento de la Biblia: "El cuento de los cuentos".
Ahí pasó lo que podría pasarle a Don Quijote. Al singular manchego, le metes 2000 años de por medio, le escribes libros de relatos de sus andanzas y hazañas por medio de pseudo-historiadores, y al cabo del tiempo resultará que Don Quijote fue un santo manchego que dedicó su vida a desfacer entuertos, a perseguir malandrines, a luchar contra la injusticia y a proteger a viudas, huérfanos y menesterosos.
Uno de los principales ideólogos de las corrientes ideológicas de la izquierda, dijo un día —y dijo muy bien Carlos Marx— que la religión es el opio del pueblo.
Pero en una sociedad en la que el opio, la morfina, la cocaína, la heroína, el tabaco y la marihuana, no están muy mal vistos, tampoco tiene por qué estar mal vista la religión católica. ¿A que no?
La religión, para la gente de derechas, claro que no está mal vista. Es consustancial una con la otra. Lo que se me hace más cuesta arriba de entender es el binomio imposible izquierdismo/catolicismo. Eso no me lo trago ni acompañándolo con un litro de buen vino de La Mancha.
Pero hay algunos de esos que me discuten este razonamiento; que me lo intentan tirar por tierra. Sospecho que serán de los que quieren hacer valer el maridaje socialismo/catolicismo. Me tildan de ultra-exigente, de puntilloso y de etiquetador utópico.
Yo sé que partidos como el PSOE, que tiene la vocación o la táctica de ser partidos de masas, no pueden andarse con muchos remilgos y tiene que contemplar dentro de su espectro a militantes, simpatizantes y votantes dentro de un amplio abanico que va desde los socialistas de verdad, de verdad, —o sea, socialistas de izquierdas— hasta los de derechas más o menos ultras o moderadas.
No olvidando a los "centristas", equidistantes y "apolíticos", que son una aplastante mayoría.
Esto... lo encajo de mejor o peor talante. Lo que no encajaré nunca son a esos ínclitos «socialistas» que sin esconderse de nadie proclaman a los cuatro vientos su ideología de «católicos», como son Pepe Bono, Juan Alberto Belloch y Paco Vázquez. (Pongo un minúsculo ejemplo, por no ir más lejos).
Si no se pone coto a ese absurdo fenómeno de las ideologías, no tardando mucho, los ateos-izquierdistas que queden en el seno de los partidos de izquierdas, serán corridos a gorrazos o, por lo menos, aparcados en un rinconcito a modo de corriente ideológica del estilo de Izquierda Socialista.
Y si no, ¡al tiempo...!
fachada de la Diputación Provincial de Toledo
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