lunes, 9 de abril de 2012

un dramático bolero

Hoy estaba yo oyendo una emisora de radio cuando de pronto empieza a sonar ese bonito bolero titulado «Nosotros». Me vino a la memoria el drama verdadero que encierra este popular bolero. Los boleros, a veces, cuentan historias muy tristes. Triste; tristísimo, es el bolero NOSOTROS. Al parecer, obedece a una historia de amor verídica.

Por el año 1943 allá en nuestra querida Cuba, Pedro Junco Jr. se enamoró de una jovencita en la ciudad de Pinar del Río, de unos 20 años de edad (María Victoria Mora).
Fue un amor intenso, breve e imposible; Pedro, con tan solo 23 años de edad, estaba enfermo de tuberculosis que por esos años era una enfermedad terrible e incurable.
Un día, Pedro comprendió que su amor por la joven era imposible y tenía que aclarar urgentemente su desesperada situación.

Cuatro días antes de su muerte (25 de abril de 1943), cantado por el tenor René Cabel, fué emitido por la radio de Pinar del Río por vez primera, el famosísimo bolero. Pedro Junco pudo escuchar la bella canción de despedida que compuso para su grande y efímero amor.

Los boleros, son muchas veces la banda sonora de la película de nuestras vidas. Son canciones en las que interviene una bella melodía junto a una bonita poesía. Y con ellos se dicen cosas importantísimas; trascendentales.
Y de esa manera tan dramática nació este bello bolero:

Atiéndeme, 
quiero decirte algo
que tú quizás no esperes
doloroso tal vez.
Escúchame,
que aunque me duela el alma
yo necesito hablarte
y así lo haré.

Nosotros, que fuimos tan sinceros
que desde que nos vimos
amándonos estamos.
Nosotros, que del amor hicimos
un sol maravilloso
romance tan divino.

Nosotros, que nos queremos tanto
debemos separarnos
no me preguntes más.
No es falta de cariño,
te quiero con el alma,
te juro que te adoro
y en nombre de este amor
y por tu bien te digo adiós.
Los que llegamos o superamos los 60, es bastante probable que nos hayamos enamorado alguna vez a la sombra de este bello bolero.
Incluso, no descartemos que alguna vez, la letra de este bolero nos haya servido a las mil maravillas para decir a esa persona lo que nuestra pobre prosa era incapaz de expresar.
Qué arte; qué drama tan grande se contiene entre estos pocos versos! ¿Se puede decir más con tan pocas palabras?

2 comentarios :

Jesús Herrera Peña dijo...

Gracias más bien a ti, Marta, por venir, entrar, leer y comentar.
No desvelas si conocías esa historia o si te acabas de desayunar.
Besos,

Jesús Herrera Peña dijo...

Vale María. Estamos de acuerdo.
Gracias por venir y comentar.

Saludos republicanos,

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