LA CHICA DEL PÓSTER
Era
modelo de alta costura,
tenía encanto y unas piernas de locura,
sus ojos como el mar, sus labios de coral
y una expresión entre deseo y travesura.
Yo la quería, la idolatraba,
tenía un póster suyo al lado de mi cama,
soñaba con tener su cuerpo de mujer
y descubrir con ella el mundo del placer.
Cuántas veces ella me insinuó
“ámame, ámame”.
Cuántas veces tuve yo su amor de papel.
Saltó de pronto a los diarios
como el romance de un obeso millonario,
de vuelta en el amor siempre tomando el sol
como un lagarto en el jardín de un balneario.
Se hizo vestidos, lució brillantes
y ya no fue la misma chica que era antes,
se acostumbró a vivir seis meses en Paris
pero ni un sólo día pudo ser feliz.
Cuántas veces ella me insinuó
“ámame, ámame”.
Cuántas veces tuve yo su amor de papel.
Fue por excesos o alguna droga
pero un buen día la encontraron en su alcoba
revuelto el cobertor, sin vida y sin color
bella durmiente para siempre en mi memoria.
Quité su póster junto a mi cama
y en su lugar puse una norteamericana
con ojos como el mar con labios de coral
y el mundo comenzó de nuevo a caminar.
Cuántas veces ella me insinuó
“ámame, ámame”.
Cuántas veces tuve yo su amor de papel,
de papel.
Cuántas veces ella me insinuó
“ámame, ámame”.
Cuántas veces tuve yo su amor de papel,
de papel.
|
EL ÚLTIMO BOLERO
Madame,
¿desirez vous danser
este bolero embriagador,
bajo la luna de París
y arrimadita al corazón?
En esta noche de ansiedad,
quiero la vida recobrar.
Madame, yo me llamo don Juan,
y estoy aquí para olvidar.
A sus pies un caballero sincero,
que viene de tierra extraña, (de España),
soñador, de profesión amante,
católico y sentimental.
Y está usted tan deliciosa de rosa,
que siento la sangre hervir.
¡Quién tuviera veinte años de antaño
pa' derrocharlos con Madame!
Se mueve usted mejor que el mar,
con ese acento arrullador,
me hace perder to'a la razón
y ardo en deseos de estampar
en esa boca angelical
ardiente un beso de pasión,
un beso para recordar
en la humedad de la pensión.
Ande y venga, siéntese a mi lado,
quiero contarle mi secreto a solas:
soy un amante que pasó de moda,
un seductor de la chaise longue.
No se vaya que la invito yo,
no tiene precio su calor, madame,
papel de imprenta y eso qué más da,
va por la vida y se acabó.
Alzo mi copa de champán
a la salud de vous madame
y por aquello que perdí,
madame, ¿desirez vous danser?
|
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Sólo admito comentarios escritos en cualquiera de los 4 idiomas del Estado Español; en español preferentemente.