El PsoE anda inquieto. En su interior se está
cociendo una efervescencia que hace que vaya cogiendo presión la olla y ya nos
lo advierte aquel refrán de:
«Donde
tengas la olla no metas la ...»
Bueno, es igual, ¡qué más da! Esto no tiene nada que
ver con lo que quiero decir ahora.
El PSOE anda inquieto por culpa de un aparente proceso
de derechización que dura, por lo menos, desde comienzos de la transición, allá
por el año 1977 y se notó más a partir del año 1982. Durante el periodo
felipista se les olvidó hacer algún tipo de gestos de reconocimiento a los
brigadistas internacionales; a los militares, policías, maestros y demás
funcionarios del estado expulsados por la fuerza de sus puestos. A los
represaliados, perseguidos, exiliados y fusilados durante la larga noche del
franquismo. Por olvidárseles..., hasta se les olvidó hacer un gesto para
rescatar y dignificar los huesos y el respeto de tantos cadáveres arrojados a
fosas comunes de todas las cunetas de España.
Claro que todo está justificado porque por entonces
había ruido de sables con uniforme.
Si todavía en estos días se le pone contra las cuerdas
al juez Baltasar Garzón por intentar dignificar los esqueletos humanos
repartidos por las cunetas de España, a ver quién es el guapito que se atreve a
hacer lo que un partido de izquierdas debería hacer.
Ahora ya, en pleno periodo zapaterista, se les está
olvidando dejar de alimentar a la hidra vaticanista, para que toda religión se
sostenga con la aportación de sus crédulos. Se está olvidando la retirada de
símbolos religiosos dentro de escuelas, cuarteles del ejército, salas de
juicios, dependencias del estado y sobre todo los símbolos más simbólicos de
jurar o prometer sobre la Constitución.
(Si fuera lo que yo dijera, sería solamente la promesa
pelada, sin juramento, ya que el acto de jurar es propio de los actos
religiosos e impropio de un estado aconfesional, si acaso éste lo fuera de
verdad).
La última proeza del zapaterismo ha sido la de
intentar prolongar la vida laboral de los currantes. Y yo me pregunto: ¿No es
lo mismo prolongar la vida laboral que prolongar la jornada laboral? ¡Vamos,
digo yo! Pero se parece mucho, ¿a que sí?
Debiéramos dejar que eso lo haga la derecha cuando
venga, que se augura que será muy prontito.
Si en el año 1919, un gobierno nada sospechoso de ser
de izquierdas, tuvo la feliz idea de poner el tope a los trabajadores en los 65
años, un gobierno que sí es un poquito sospechoso de ser de izquierdas (sin
exagerar), bien pudiera rebajar la edad de jubilación y si no pudiera, por lo
menos, dejarla como está.
Y yo me digo para mis adentros: "¿No es la mejora de vida y el bienestar de las capas más humildes de un país, la misión principal y prioritaria de un gobierno de izquierdas?"
En el seno del PsoE
se mueven unos discretos movimientos promovidos por la gente más genuinamente
de izquierdas. No sabemos qué fuerza tendrán para detener la caída de un
gobierno que cada día se aproxima más por la ladera del valle del
ucedismo.
Yo espero que
pronto, el partido socialista ate adecuadamente cortos a sus políticos más
representativos. Hay que democratizar el partido por dentro para que se
democratice la política por fuera. Casos como ese de Zapatero imponiendo que
Bono encabezara la lista electoral por Toledo a las recientes pasadas
elecciones generales para prometerle el sillón de la presidencia del Congreso
de los Diputados, mientras que al mismo tiempo se le zarandeaba ese mismo
sillón a Manolo Marín cuando todavía estaba sentado, no tienen que
quedar sin reprimenda al que así lo haga.
Yo, al menos,
espero mucho de la corriente Izquierda Socialista del partido, aunque dentro
estén en manifiesta inferioridad numérica. Mantengámonos ojo avizor para
avizorar lo que ocurre dentro de los próximos 15 ó 20 meses.
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