viernes, 7 de enero de 2011

la olla a presión del partido


El PsoE anda inquieto. En su interior se está cociendo una efervescencia que hace que vaya cogiendo presión la olla y ya nos lo advierte aquel refrán de:

«Donde tengas la olla no metas la ...»
Bueno, es igual, ¡qué más da! Esto no tiene nada que ver con lo que quiero decir ahora.
El PSOE anda inquieto por culpa de un aparente proceso de derechización que dura, por lo menos, desde comienzos de la transición, allá por el año 1977 y se notó más a partir del año 1982. Durante el periodo felipista se les olvidó hacer algún tipo de gestos de reconocimiento a los brigadistas internacionales; a los militares, policías, maestros y demás funcionarios del estado expulsados por la fuerza de sus puestos. A los represaliados, perseguidos, exiliados y fusilados durante la larga noche del franquismo. Por olvidárseles..., hasta se les olvidó hacer un gesto para rescatar y dignificar los huesos y el respeto de tantos cadáveres arrojados a fosas comunes de todas las cunetas de España.
Claro que todo está justificado porque por entonces había ruido de sables con uniforme.

Si todavía en estos días se le pone contra las cuerdas al juez Baltasar Garzón por intentar dignificar los esqueletos humanos repartidos por las cunetas de España, a ver quién es el guapito que se atreve a hacer lo que un partido de izquierdas debería hacer.
Ahora ya, en pleno periodo zapaterista, se les está olvidando dejar de alimentar a la hidra vaticanista, para que toda religión se sostenga con la aportación de sus crédulos. Se está olvidando la retirada de símbolos religiosos dentro de escuelas, cuarteles del ejército, salas de juicios, dependencias del estado y sobre todo los símbolos más simbólicos de jurar o prometer sobre la Constitución.
(Si fuera lo que yo dijera, sería solamente la promesa pelada, sin juramento, ya que el acto de jurar es propio de los actos religiosos e impropio de un estado aconfesional, si acaso éste lo fuera de verdad).

La última proeza del zapaterismo ha sido la de intentar prolongar la vida laboral de los currantes. Y yo me pregunto: ¿No es lo mismo prolongar la vida laboral que prolongar la jornada laboral? ¡Vamos, digo yo! Pero se parece mucho, ¿a que sí?
Debiéramos dejar que eso lo haga la derecha cuando venga, que se augura que será muy prontito.
Si en el año 1919, un gobierno nada sospechoso de ser de izquierdas, tuvo la feliz idea de poner el tope a los trabajadores en los 65 años, un gobierno que sí es un poquito sospechoso de ser de izquierdas (sin exagerar), bien pudiera rebajar la edad de jubilación y si no pudiera, por lo menos, dejarla como está.


Y yo me digo para mis adentros: "¿No es la mejora de vida y el bienestar de las capas más humildes de un país, la misión principal y prioritaria de un gobierno de izquierdas?"

En el seno del PsoE se mueven unos discretos movimientos promovidos por la gente más genuinamente de izquierdas. No sabemos qué fuerza tendrán para detener la caída de un gobierno que cada día se aproxima más por la ladera del valle del ucedismo.

Yo espero que pronto, el partido socialista ate adecuadamente cortos a sus políticos más representativos. Hay que democratizar el partido por dentro para que se democratice la política por fuera. Casos como ese de Zapatero imponiendo que Bono encabezara la lista electoral por Toledo a las recientes pasadas elecciones generales para prometerle el sillón de la presidencia del Congreso de los Diputados, mientras que al mismo tiempo se le zarandeaba ese mismo sillón a Manolo Marín cuando todavía estaba sentado, no tienen que quedar sin reprimenda al que así lo haga.

Yo, al menos, espero mucho de la corriente Izquierda Socialista del partido, aunque dentro estén en manifiesta inferioridad numérica. Mantengámonos ojo avizor para avizorar lo que ocurre dentro de los próximos 15 ó 20 meses.

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