jueves, 25 de agosto de 2011

policía y violencia e)

Del artículo anterior sobre el tema policía y violencia a) llegamos a la conclusión de que los "ejércitos policiales de antidisturbios" tienen vida propia; no se atienen a las órdenes que les lleguen a dar los políticos. Que los políticos responsables de los policías tampoco parece que se ofendan mucho porque ese tipo de policías sigan actuando a sus anchas de forma autónoma.

Que no cumplen con la obligación de llevar su nº de identificación en el lado derecho del pecho. Que nadie les ha modificado sus costumbres de toda la vida de pegar a los ciudadanos por nada y no sufrir ningún castigo por ello.
Que no se les ha reeducado en sus actuaciones de siempre cuando llegó la democracia, para adecuar los reglamentos y costumbres para que actúen con los métodos que requiere una vida en democracia de la auténtica.
Que nadie les ha dicho que el ciudadano es el objeto principal y único de su oficio que consiste en proteger y defender sus derechos y libertades, con arreglo a una Constitución —que tampoco se cumple en otros varios preceptos—.

Que los políticos de la democracia bien harían en ponerse al frente de este fenómeno para parar de una vez y por siempre las prácticas antidemocráticas y anti-rrespetuosas con el ciudadano, que vienen desarrollando desde tiempos de mal recuerdo. Que no queremos ni necesitamos esos tipos tan especiales de policías para controlar una manifestación pacífica, una huelga, una sentada, una protesta ciudadana, etc.
Que ahora que no actúa la ETA (gracias a dios) son esos cuerpos tan "especiales" de la policía los que están dando la nota más amarga de la violencia. Violencia, al parecer, legalizada, amparada o por lo menos no castigada.
Cuando los jóvenes españoles ingresan en los cuerpos policiales, muchos de ellos estarán impulsados por sentimientos nobles, éticos, democráticos y filantrópicos. No podemos dudar de que muchos jóvenes se hacen policías para cumplir con la Constitución y los Derechos Humanos, que es lo que juran cumplir en su fiesta de puesta de largo.

Pero meterse a pertenecer a esos cuerpos tan "especiales", en muchos de los casos, delata las intenciones de la persona. Ya saben a lo que se meten; saben que se meten a un organismo incontrolado e intocable que su oficio principal es el de pegar palizas a sus conciudadanos. A esos que forman parte de una sociedad que les facilita un puesto de trabajo; que les compran las pistolas, los escudos, los cascos, las "esposas", las porras y las botas de media caña. ¡Ah!, y últimamente, también los guantes negros. Que están tristemente convencidos de que llevan al Ministerio de Justicia en el extremo de sus porras y que con ellos en las calles huelga la existencia de tal ministerio de las cárceles y de todo. Ellos aplican su justicia por la vía rápida.

Cuando un policía que entró con nobles ideales, se pasa a pertenecer a esos cuerpos "especiales", ¿por qué lo hace? ¿por dinero? ¿por sadismo? ¿por descargar su mala ostia que en otros lugares sin uniforme sería delito? Parece como si en esos cuerpos tan "especiales" rigiera la norma aquella de La Legión (otro cuerpo más que debiera disolverse): «Cada uno será lo que quiera, nada importa su vida anterior». Ni sus actos presentes, añado yo.

Sería muy triste que fuera muy real esa frase que circula por el mundillo de las redes sociales: «Cuanto más conozco a la policía, más inseguro me siento».

Y no se trata de generalizar, pero un 17% de seres agresivos, pendencieros, vengativos y fascistoides, manchan al total de los diferentes tipos de policía. Y esas defensas numantinas y corporativistas, también conducen a lo mismo.

Por todo eso y mucho más que no queríamos ver desde hace muchos años y lo sufríamos en silencio; por habernos abierto los ojos en el movimiento social del 15 M y por muchísimo más, yo también deseo que se disuelva ese cuerpo de "policía tan especial" denominado eufemísticamente UIP. No vale con intentar reconvertirle; no serviría de nada. Las ácidas bacterias de la mala leche empleada contra el ciudadano durante treintaytantos años, se han impregnado en esos uniformes azules, en los guantes negros, en los escudos, en los cascos, en las "esposas", en las porras y en las botas de media caña.

Hay que crear una policía especializada en tratar las protestas ciudadanas pacíficas, con métodos siempre respetuosos con la condición del ser humano en libertad. No me pertenece a mí, pero en próximos artículos de esta índole, voy a dar ideas y sugerencias para lograr unos métodos policiales acordes con los buenos tratos, con la democracia y los derechos ciudadanos, a la vez que evite y combata los actos subversivos, violentos y vandálicos que a veces, aprovechan a cometer un diminuto número de personas.

Lo más humillante para un ciudadano pacífico y en posesión de todos sus derechos democráticos, es que otro ser humano "autorizado", "legalizado", adiestrado, armado, uniformado y pertrechado, le propine una violenta paliza, ya sea con el discutible palo negro llamado eufemísticamente "defensa", o con las bofetadas y patadas que también suelen repartir a menudo.

Cómo lograría yo para que a todo funcionario se le grabe dentro de su cabeza la siguiente frase:
EL CIUDADANO ES NUESTRO EMPLEADOR Y NUESTRA OBLIGACIÓN ES LA DE SERVIRLE

6 comentarios :

Ana dijo...

y desde luego a palos no se sirve a nadie, a palos se nos quitan nuestros derechos en un país supuestamente de derecho que no se lleva la práctica.

un besito.

Jesús Herrera Peña dijo...

Llevamos demasiados años recibiendo demasiados palos del mismo tipo de personas. Eso tiene que desaparecer. Gracias Ana.

Un besito,

manuhermon dijo...

Eso tiene que desaparecer, efectivamente Jesús.
Hay que pelear porque los expulsen, porque paguen sus penas, porque vayan a la carcel, si sí, a la carlen con mlos agresivos y masocas, a la calle con los que los tapan y esconden y les hacen el colchón.
No se puede permitir.
Un matiz, a mi me parece que en los últimos tiempos hay mas casos de estos chulos y prepotentes, que durante un tiempo menguaron. A mi me parece que han ido saliendo mas. Y me refiero no a los antidisturbios antimanifas, me refiero a estos lobos que pegan a jóvenes solitarios, a menores de edad, a caidos en la calle, o sobre un seto, a los que ponen sus pelotas por encima de cualquier respeto a un ser humano, siempre que sea debil y esté indefenso.
Porque esa es otra, estos cobardes nunca ponen sus pelotas para detener, agredir, etc. a los criminales, mafiosos de tantos tipos, o gentuzas con poder.

Jesús Herrera Peña dijo...

Estoy de acuerdo contigo, manuhermon. Esa sensación que tienes de que en los últimos tiempos ha crecido la violencia y el menosprecio al ciudadano (¡ojo! a cierto tipo ideológico de ciudadanos) por parte de esos muchachitos de azul tan "especiales", es posible que sea verdad.
Los expertos en fenómenos sociales nos vienen advirtiendo últimamente de la gran crecida que en Europa está teniendo la ultra-derecha, la xenofobia y el fascismo.
Y en España no vamos a ser menos. Sospecho que esos cuerpos tan especiales de la polizía, se están nutriendo de un altísimo números de jovencitos neo-nazis.
De manera (triste pero verídica) que cuando gana las elecciones un partido que se dice de izquierdas, no se atreve o no puede renovar estructuras y métodos policiales para adecuarlos a la democracia y se ve obligado a cargar con lo que hay.
Y lo que hay viene intacto desde aquellos tiempos que los sesentones como tú y yo intentamos olvidar.

Esto da para mucho más. El fenómeno lo requiere. Hemos de aprovechar esta oportunidad para conseguir, al menos, una tímida mejora de los procedimientos de estos "defensores de la ley y el orden".
Como dejemos pasar esta oportunidad que tenemos los ciudadanos progresistas, pronto caeremos en el pozo del neofranquismo.

Salú y república,

Erprofe dijo...

Cuando un ciudadano incumple la ley se le juga y en su caso se le castiga. Pues que se haga lo mismo con esos policías fascitas y ultras que pegan a las gentes (en muchos casos gentes de bien y pacíficas), por el simple placer de sentir el poder en la punta de su po.... de su porra que se me va la cabeza.

Un fuerte abrazo por la izquierda compañero.

Recuerda que ya publiqué tu artículo en mi web http://www.tuamigoelperro.es/?p=1456

Jesús Herrera Peña dijo...

Mira Erprofe, te lo digo a ti aunque creo que lo sabemos todos:
Como esta vez también perdamos la batalla (pacífica) impulsada por el movimiento 15M de traer una verdadera y auténtica democracia, de erradicar el fascismo —al menos— dentro de los batallones policiales, tengamos bien claro que habremos perdido otra guerra más.
La guerra caliente la perdimos en el 1939. La guerra fría estamos a punto de perderla (por enésima vez) o de ganar, al menos, la presente batallita.

(Sin que se entere nadie: yo no soy muy optimista. El franquismo fascistoide está muy incrustado hasta en las las vetas más profundas de la sociedad).

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