Me quiero referir a esa forma de saludo que se ha impuesto aquí en España desde hace unas pocas décadas.
Yo, que soy de otra época, vengo acostumbrado a que cuando te presentaban a una mujer, la estrechabas la mano a la vez que decías una frase hueca y manoseada; (encantado; tanto gusto; el gusto es el mío, etcétera, etcétera…).
Pero lo cierto es que la mano de las mujeres siempre me pareció muy fofa, así como si quisieran que la elevaras un poco más y se la besaras… no sé… era algo así como coger un poco de masa de pan antes de entrar al horno. Daban la mano como con desgana. No te la apretaban con entusiasmada cortesía. Y uno, acostumbrado al saludo de manos masculinas, cuando las estrechaba la mano a ellas, notabas como que las estrujabas los deditos sin querer.
Pasaron los años y no sé quién ni cómo inventó eso de saludarse a base de besos en la mejilla. Pero el beso en la mejilla, que es mucho más íntimo que el cumplido apretón de manos, se ha ido degenerando en beneficio de la eficacia. Y ahora ya, del beso en la mejilla, hemos pasado al leve roce de carrillo con carrillo (cheek to cheek).
Se rozan levemente primero los respectivos carrillos derechos y luego los izquierdos.
Eso no es besarse, aunque lo parezca. Ahora me estoy acordando de esa canción titulada "El beso en España" con letra de Adrián Ortega y música de Fernando Moraleda que nació originalmente en la revista musical "La estrella de Egipto" estrenada en Madrid el 17 de septiembre de 1947:
El beso, el beso, el beso en España lo llevan las hembras muy dentro del alma la puede dar un beso en la mano o puede darle un beso de hermano, así la besará cuanto quiera pero un beso de amor no se lo dan a cualquiera. |
Más auténtico y entrañable es el beso de una madre. ¡Eso no se puede comparar!
Me acuerdo de aquella canción que cantaba Pepe Pinto con letra de Andrés Molina Moles y música del propio Pepe Pinto, «A mí nadie me da un beso». Esa canción retrata un gran drama. Un niño huérfano que no tenía un beso de madre:
"Un beso, a mí nadie me da un beso" decía un niño llorando. No tengo pare ni mare ni sé lo que vale eso pero debe ser mu grande. |
Ahora ya nos besamos tontamente; sin ganas y sin motivos. Se está prostituyendo el beso.
Igual que aquí en España lo hacen en otros muchos países. Un leve roce de mejillas con choquetazos de gafas. Pero los franceses son más generosos con el beso de saludo; se dan tres. Roce de mejillas derechas, luego mejillas izquierdas y por último, las derechas otra vez.
Los italianos se dan dos besos, como nosotros, pero con la diferencia de que ellos empiezan por la mejilla izquierda.
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