miércoles, 4 de julio de 2012

carta a un mocito

de mi pueblo que me he enterado de que se quiere hacer policía

Hola Adolfo:
Por tu madre me acabo de enterar de que estás preparándote para ingresar en la Academia de Policía de Ávila. En sus palabras la noté sumamente contenta y orgullosa. Ya sabes, la mayoría de las mujeres se pirrian por los uniformes, (no sé por qué será).

Si te digo que me ha extrañado tu vocación, te mentiría enormemente. No me pilla de improviso. Ya conozco a tus padres y sé sobradamente de las ideas políticas de talante ultra-derechista que profesan. Y por ser tan de derechas también son muy devotos de todo lo que huela a catolicismo vaticanista.
A ti te conozco menos que a ellos pero lo más probable es que hayas mamado sus mismas ideas. Todo —lo bueno y lo malo— se mama en el hogar paterno. Lo que no quiero creer —a pesar del nombre que te pusieron— es que seas un joven ferviente de la ideología nazi.
Sé que habrás oído los cantos de sirena que lanzan las academias policiales para captar espíritus jóvenes para engrosar sus filas:

Una profesión estable y con enormes posibilidades de promoción. Si te gusta la acción y ayudar a los demás, no lo dudes, pertenecer al cuerpo de Policía Nacional cubrirá de sobra tus expectativas. Una profesión con futuro y satisfacción personal.
Una profesión admirada. Si eres mayor de 18 años, con ilusión de pertenecer al cuerpo y cumples los requisitos que encontrarás en el programa, lo demás lo ponemos nosotros. En poco tiempo puedes estar trabajando dentro del cuerpo de Policía Nacional. Uno de los cuerpos de seguridad con mayor prestigio a nivel nacional.
No te creas todo eso. En realidad, 'ese trabajillo' que quieres adoptar, más que para hacer filantropía y buenas obras entre los ciudadanos de tu país, es para mirarlos por encima del hombro, para vejarlos, para humillarlos y molerles a palos cuando 'el mierdecilla' con mando del pelotón, el escuadrón o la compañía, toque el silbato ordenando que des palos sin contemplaciones ni blandenguerías a todo ciudadano que pase por la calle. Con la porra, a 'ostias', a patadas o como sea...

Yo te preguntaría lo mismo que preguntaría en un caso muy paralelo:
"¿Para qué sirve El Ejército ?" 

¿Para qué sirve La Policía?
Mira, si logras alcanzar tus anhelos y entras a formar parte de los fuerzos o las cuerpas policiales, llegarás a comprobar que algunos de tus compañeros que son unos valentones pendencieros con el ciudadano indefenso, se achican y se cagan cuando tienen que enfrentarse (antiguamente) a los mocitos de la ETA y ahora, recientemente, a los no tan mocitos de la minería asturiana y leonesa o a cualquier persona valiente que defiende sus derechos.


Mi noble consejo es que lo medites un poco, al menos. Comprendo cómo están hoy los empleos para jóvenes como tú, pero tal y como están hoy (y siempre) los mandos políticos de cualquier 'ideología' y los mandos policiales de ideología archiconocida (ya sabes, esos que hablan de "EL ENEMIGO") ten seguro que vas a ingresar en corporaciones de funcionarios demasiado tiznadas de ultraderechismo, para los cuales, el enemigo más peligroso a derrotar es el indefenso ciudadano que harto ya de estar harto se echa a ocupar las plazas y se convierte en un  protestón 
vociferante.

Aunque hagas felices a tus padres, quizás, un día te hagas muchas preguntas, te remuerda la conciencia y te tengas que tender en el diván de un psiquiatra.

5 comentarios :

Ana dijo...

A lo mejor Adolfo lo hace porque sabe a que algunas mujeres el uniforme, laS PONE. Pobre chico.

Jesús Herrera Peña dijo...

Es muy posible que estés sobre la verdadera pista, Ana.
Pero de pobre chico, nada de nada.
Sus padres son los dueños de un cortijo o rancho, que aquí en Castilla se llama dehesa.

Salú,

Tracy dijo...

Tu carta es para publicarla en primera plana de periódicos de gran tirada porque tal como están los trabajos hoy... me temo qu habrá muchos que se metan en estos cuerpos y en el de la iglesia también yeste último no creo que sea por el uniforme.

Jesús Herrera Peña dijo...

Hola Tracy. Otro día tenemos que escribir alguna cartita a esos jóvenes que atienden al reclamo de la iglesia vaticana para encontrar un trabajito.

Jesús Herrera Peña dijo...

María, hoy por hoy, el ejército y la policía en España sólo sirven para humillar y machacar a sus compatriotas. Es decir, sólo no, pero es lo que más de relieve queda de sus obligaciones teóricas de proteger y defender al ciudadano y de respetar y hacer que todos respetemos las leyes.
Y ya no vale esgrimir eso de la herencia del franquismo. En otros países que no han tenido franquismo, pasa exactamente lo mismo que aquí o peor.
Esa gente armada, domada y sometida un régimen antidemocrático como son todos los ejércitos y policías, se sienten más valentones contra sus propios compatriotas que si tuvieran que luchar contra un país extranjero para defendernos de algún peligro.
El tema da para gastar ríos de tinta y de saliva, pero yo no estoy capacitado para saber el arreglo que tiene este asunto; yo sólo sé que cuanto más indefensos y pacíficos son sus conciudadanos, con más mala ostia le arrean y más machotes (y machotas) se sienten ante ellos.

Y no exageremos ni hagamos generalizaciones. No todo el uniformado con un arma en la mano actúa con inhumanidad, crueldad y sadismo. No. Pero les ríen las gracias a los que sí que lo hacen y si no se las ríen, (algunos), no denuncian, quedan impunes, se van de rositas. Y aunque nos duela, creo que hacen muy bien con no denunciar a sus compañeros sádico-pendencieros-terroristas. Porque si les denunciaran, los que saldrían muy mal parados dentro del "cuerpo" serían los denunciantes. Lamentablemente.
Bueno, María y todo el que esto leyere y entendiere: La cosa da para seguir opinando del asunto y lo que sería mejor, aportar ideas y soluciones. Quedo abierto a las intervenciones de muchos más.

Saludos,

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