sábado, 3 de diciembre de 2011

el party del partido

Hoy estoy viendo a muchos socialistas (afiliados al PsoE, quiero decir) con un descontento, una desilusión y una singana, de tres pares de ... [narices].
Si el PsoE fuera un barco habría que decir que surca aguas turbulentas. En las aguas que surca el PsoE hay marejadilla cuando no una declarada marejada y en algunos momentos puntuales se levantan enormes galernas que amenazan con mandar a tomar vientos al barco.
Los militantes socialistas van a tener muy difícil el poder enderezar el rumbo tan torcido que lleva el PsoE. ¿Qué, que no? Ojalá me equivoque.
Es necesario que se detenga la caida al precipicio del apoliticismo de un partido más que centenario, que se viene basando toda su ideología en el eslogan «too er mundo é güeno».

En aquellas elecciones de marzo del 2004, la noche de la victoria electoral, cienes y cienes de jóvenes le gritaban a Zapatero: "¡No nos falles, José Luis!", y José Luis les respondía: "os aseguro que a mí el poder no me va a cambiar".
Por eso, cada vez que yo pasaba al lado de JLR Zapatero, nunca le grité: "¡falso, traidor, embustero!", sino que le miraba con ojitos tiernos y compasivos y le decía pa mis adentros: "¿No te dejaron, verdad, hijo? ¡Qué malotes que son!"

En los tiempos que corren, algunos destacados socialistas (quiero decir, afiliados del PsoE), no se encuentran a gusto bajo unas siglas que entre dos palabras inocuas como son partido y español, tiene otras dos más discutibles y más difíciles de asumir como son socialista y obrero.

Ahora, para arreglar lo descompuesto se necesitan en España que al menos durante 4 u 8 años, nos veamos sometidos a un gobierno de derechas con sucursales en la ultraderecha nostálgica de aquel franquismo fascistoide.
Un gobierno que dentro de poco, a algunos millones de sus votantes les hará arrepentirse de lo votado; pero ya es tarde, no puede ser: «¡¡Ah, hubieras elegido 'muerte'!!»
La masa humana, contemplada como una unidad de destino en las votaciones, actúa movida por infinidad de hilos sutiles difíciles de adivinar el porqué de sus comportamientos electorales.

1 comentario :

Jesús Herrera Peña dijo...

De total acuerdo, María. Y gracias por venir.
Saludos,

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