viernes, 29 de agosto de 2014

La Poda

Desde los primeros días de este verano de 2014, viene operando un nuevo movimiento político que nos aconseja que podemos las ramas espurias de ese árbol que nos nació en España en el año 1978 y que se asemeja un poquitito a una verdadera democracia.

Y la poda consistiría en renovar o cortar muchos ramajes que hace años nos hicieron creer que eran los que conformaban el sagrado árbol de la democracia. (La democracia a la española, claro).
Para saber bien qué ramajes podemos podar, son de mucha utilidad frases como  "me gustas democracia pero estás como ausente" / "lo llaman democracia y no lo es" / "nuestros sueños no caben en vuestras urnas" / "que no nos representan, que no" / "no somos mercancía de políticos y banqueros" / "si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir" / "no somos antisistema, el sistema es antinosotros" / "entre capullos y gaviotas nos han tomado por idiotas" / "me sobra mes al final del sueldo" / "no falta dinero, sobran ladrones" / "PSOE y PP la misma mierda es" / "¿Dónde está la izquierda? Al fondo a la derecha".

Son eslóganes sesudos y jocosos, cargados de realismo y de crítica respetuosa y constructiva. Me traen a la memoria a aquellos eslóganes del mayo francés de 1968, como aquello de "seamos realistas, pidamos lo imposible" / "debajo de los adoquines está la playa" / "el patriotismo es un egoísmo en masa"...
Está visto que las mejores revoluciones son las que se acompañan de ocurrentes —o absurdos— eslóganes. Y mejor si las protagonizan los jóvenes y los estudiantes. (Tiempo tendrán de hacerse mayores y aburguesarse y apoltronarse).

Gentes de mi edad todavía tenemos mucho que aprender de esos jóvenes. Aprender de sus ímpetus; de sus utopías; de sus sueños y de sus luchas.
Aquel régimen que nacía en el año 1978 con una constitución recién estrenada, nos hicieron creer que eso era democracia. Y primero llegaron los franquistas y falangistas reconvertidos en centristas de toda la vida y nos gobernaron en democracia. Sí, creímos que democracia es votar cada 4 años. Luego vinieron los socialdemócratas cargados de trepas, arribistas y tibios, y otro tanto de lo mismo.
Y muchos votábamos con muchas esperanzas, con muchas ilusiones y con demasiada credulidad.
Luego los políticos —que se profesionalizaron o que ya lo eran desde la época franquista— nos vinieron a decir —con otras palabras— "déjame a mí que esto te lo arreglo yo".

A estas alturas, lo que se dio en llamar transición, hemos llegado a la conclusión de que fue más bien una transacción, un cambalache, un toma-y-daca, en donde se concedía una "democracia" a cambio del olvido, la legitimidad y la intocabilidad a las esencias del franquismo.

¡Tijeras, necesitamos tijeras de podar! Y ahora tenemos un movimiento político que nos intenta abrir los ojos y despertarnos de la larga somnolencia inducida.
Nos dice cosas difíciles de entender como "esto no es cuestión de izquierdas contra derechas, es una cuestión de los de abajo contra los de arriba".
Y algunos no acabamos de ver claro cómo se construye un frente de lucha política sin echar mano de algún tipo de ideología de izquierdas, de las muchas que abundan.

El nuevo movimiento político con intenciones podadoras, nos dice que entre sus miembros no se permitirán actitudes sexistas, xenófobas, autoritarias, homófobas, machistas, denigrantes, insultantes, acusaciones o caricaturas, difamaciones ni violencia verbal o física, así como ninguna actividad contraria a la defensa de los Derechos Humanos.

¡Vamos!, que esto es buenismo del bueno muy semejante a aquellos buenos consejos que nos daban los representantes de la religión católica cuando nos metían las doctrinas del catecismo por obligación —o por imperativo legal—,  (perdón por la comparanza).
En cuanto a la procedencia de cada persona que acuda a formar parte de las asambleas de los Círculos e incluso a la más o menos marcada ideología con la que lleguen, en el ideario de PODEMOS nos dicen algo parecido a lo que dicen en el himno de La Legión: "...cada uno será lo que quiera, nada importa su vida anterior...", (perdón por la comparanza).

Se intenta poner en práctica una teoría que nunca se había ensayado en la vida real del panorama político: la democracia directa. O quizá, mejor dicho, la democracia asamblearia.
Yo, confieso que no sé cómo se come eso. Es más, desconfío mucho de que ese sistema dé buenos resultados. Yo no pienso como muchos pertenecientes a ese novísimo movimiento político, que vienen a querer decir algo parecido a aquel eslogan que hace 40 años se pegaba en el cristal trasero de los coches: "toó er mundo é güeno" (en puro 'idioma' andaluz).
No; yo no pienso que haya un alto porcentaje de gente buena entre la sociedad ni entre los afiliados de PODEMOS. Ni buena gente ni noble ni humilde ni culta ni desinteresada ni solidaria ni de una inconfundible ideología progresista.(*)

Para yo confiar con total entusiasmo y seguridad en la utilidad de este novísimo movimiento político —que se obstina deliberadamente en esconder su verdadera ideología política—(**), menester fuera que al frente de cada candidatura, de cada comité, de cada equipo, estuvieran los Pablos Iglesias, los Juan Carlos Monedero, los Íñigos Errejón, los Luis Alegre Zahonero, o las Carolinas Bescansa...
No siendo así, me temo que este bonito proyecto termine en el baúl de los recuerdos donde quedaron tantos partidos comunistas, socialistas y algunos otros partidos y partidillos izquierdistas.
Y lo sentiría mucho. Sí; de verdad.
Deseo todo lo mejor para este novísimo intento podador del follaje político español.
Porque los voté con todas mis ganas el 25 de mayo para las europeas; porque los pienso seguir votando allí donde quiera que se presenten.

(*)  con la filosofía de PODEMOS (eso de que se acepte todo lo que digan las asambleas por mayoría) sé muy bien que los resultados serían: "misa los domingos en todas las televisiones públicas / procesiones y fiestas religiosas a tutiplén / corridas de toros televisadas todas las tardes / partidos de fúrbol por las noches".
(**) y seguramente que en el fondo son de izquierdas.
Inconfundiblemente de izquierdas. ¡Ya lo creo! Y lo aseguro por los feroces ataques que están sufriendo estoicamente de manos de franquistas, ultra-derechistas, fascistas, neo-nazis, tibios, "apolíticos" y gentes de similar jaez.
¡Claro!, que alguien me dirá: "te olvidas de los ataques que reciben de comunistas y socialdemócratas". Y yo le respondería: "Bueno, sí; y también de Willy Toledo" (???)

7 comentarios :

Paco Arenas dijo...

Pues como dicen en mi pueblo: "Pos eso", que me gusta la poda, hasta en el mes de agosto y me ha extrañado ver el título y he dicho, mira por donde voy a enterarme como poder como "dios manda" gracias a Jesús. Y veo que te refieres a otra poda, y que andas en un mar de dudas como yo con respecto a Podemos, y es que la edad no nos perdona y nos hace desconfiar de los nuevos inventos. Pensamos que el movimiento asambleario, no funciona ni en las comunidades de vecinos.

Paco Arenas dijo...

Quería decir podar, ando siempre perdido con las tijeras.

Jesús Herrera Peña dijo...

Pues sí, Paco, hasta en agosto —un mes muy raro para la poda—, podemos podar.
Podemos y debemos ir podando ya, que luego llega el otoño y se nos amontona la poda.

Juan Antonio Cortés Avellano dijo...

Es que después de tantos fiascos nadie se fía de nadie. Lo dije en el blog de la guerra (in) civil, hacen falta más Iglesias (que no catedrales) para darle la vuelta a la tortilla. Al menos que venga alguien que los acojone y que los llame por su nombre, aunque eso de casta es muy "fisno": ladrones o estafadores sería lo más correcto.

Jesús Herrera Peña dijo...

Pues sí, Juan Antonio. En total acuerdo.

DonGiuliano dijo...

Juan Antonio Cortés Avellano dijo: "...aunque eso de casta es muy "fisno": ladrones o estafadores sería lo más correcto." Pero la gente ya asimiló a ladrones y estafadores, a fuerza de oirlo tropezientas mil veces cada día, al sistema de vida actual (aunque ahora sean políticos, o se sirvan de la política, o ambas cosas, que hasta se ha llegado) como una planta mas y por ello pasa un tanto de la cosa pública. Sí, hay que llamarlos estafadores (directamente ladrones) a su propia cara y sin dejar pasar ninguna ocasión. Puede ser en una boda, restaurante, un acto público, en una radio, un entierro, cola del tren-ave, del barco, terminal áerea, en la puerta de una iglesia... Estafadores fueron Suárez, González -fel(iip)ón- , Aznar, Rodríguez y, actualmente, Rajoy. Todos han faltado a su promesa con los votantes, todos han estafado la esperanza de un pueblo en la democracia, además de faltar a la palabra en cosas "menudas".

Jesús Herrera Peña dijo...

DonGiuliano, creo que no vas disparatado con lo que dices.
Al típico adjetivo-apelativo que los de PODEMOS tienen siempre en la punta de la lengua, hay gentes que les parece inadecuado, quizá porque su mente se transporta a la India; ladrones y estafadores así, para decirlo en un corrillo de amigos en el bar o a la puerta de una iglesia, es lo coloquial y lo que nos brota expontáneamente, pero para dar una descripción en público de lo que creemos que son muchos de los que ejercen la política, creo yo que sería muy fuerte y muy insultante.

Muchas gracias por venir y comentar.

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